Ven A Buscarme - Kaylor

XLI

-¿Qué haces? -Karlie dejó el maletín encima de la mesa y se sentó con el móvil pegado al oído.

A Taylor se le aceleró el corazón al oír la voz ronca al otro lado de la línea.

-Estoy aquí tumbada en tu cama y pensando en tí. -Había visto vestirse a Karlie para ir a la oficina y había disfrutado a fondo de todas las etapas de la transformación de amante apasionada en respetable mujer de negocios..En realidad cuanto más lo pensaba más se excitaba.

-¿De veras? -Karlie se sentó, sujetando el teléfono como si fuera Taylor.

-Sí, de veras. ¿Y tú qué haces?

-Pensar en tí -dijo Karlie con una sonrisa, sacudiendo la cabeza. Una omda de calor la envolvió al pensarlo.

-Seguramente ya lo sabrás. Taylor apoyó la cabeza en la almohada donde Karlie había descansado unas pocas horas-, pero eres una amante increíble.

<<¡Dios! La onda de calor se concentró directamente en el punto entre las piernas que ya ardía.

-No me digas esas cosas.

-¿Por qué? -preguntó Taylor.

-Espera, que te lo diga de otra forma. No me digas esas cosas cuando tengo que pasarme el día en una reunión de junta. -<<Te aseguro que lo que más deseo no es concentrarme en finanzas y estrategias a largo plazo.>>

-¿Y por qué? -Taylor ya sabía la respuesta, pero quería oírsela decir a Karlie.

-Por varias razones.

-Cuéntamelas -le encantaba oír la acariciadora voz de Karlie.

Karlie sabía que Taylor se recreaba en la conversación tanto como ella.

-Bien, en primer lugar, soy buena amante sólo en la medida en que lo sea la mujer con que hago el amor, de modo que toda la culpa es tuya. En segundo lugar, preferiría estar ahí contigo. Y, en tercer lugar, tengo las bragas empapadas y no son ni las diez y media de la mañana. -Taylor estuvo callada tanto tiempo que Karlie creyó que había colgado-. ¿Taylor?

-Sí, estoy aquí. Sólo estaba pensando en algo que decir.

-¿Qué te gustaría decir?

-Que... -Taylor respiró hondo y se lanzó-. Quiero verte esta noche.

-Me encantaría. -<<La verdad es que quiero hacer el amor contigo ahora mismo>> -. ¿,Te parece que pase por tu casa? Creo que terminare sobre las oche y media.

-Estaré esperandote -dijo Taylor, procurando que no se le notara el alivio.

-De acuerdo. Si no cuelgo ahora mismo, no valdré para nada en todo el día. <<Sí es que todavía tengo remedio.>>

Al colgar, oyó la risa de Taylor.

Karlie cumplió con su papel de ejecutiva triunfadora el resto de la jornada, pero no logró concentrarse completamente hasta que llamó al timbre de la casa de Taylor.

Taylor abrió la puerta. Llevaba un jersey de cachemira, pantalones vaqueros y estaba descalza.

<<Por Dios, qué hermosa es.>>

-Hola. Pasa -<<Entonces, ¿Puedo devorarte aquí mismo, en el suelo del salón?>>

-Hola. -Karlie cruzó el umbral y se volvió a mirar a Taylor, cerraba la puerta. El beso, que pretendía ser un sencillo saludo, prendió el fuego del deseo tan pronto como Taylor respondió con varios más.

-¿No vas muy vestida? -dijo Taylor, pellizcando la chaqueta que tan bien le quedaba a Karlie.

-Pues ponle remedio.