Capitulo 36

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—A Clare le encantará lo que hemos hecho —le dijo Chelsey—. Gracias a ti, hemos entregado el doble de cupones que otras veces para el número del próximo mes. Y a todo el mundo le ha gustado el chili.

—Debo admitir que ha sido una buena idea —intervino Sandy—. No te ofendas, Harry, pero no sabía que había tanta gente que quería conocer a un jugador de fútbol americano. Clare estará encantada.

—No me ofendo —contestó él.

Se inclinó sobre el carrito para mirar a Ryan. Después de dos horas siendo el centro de atención de mucha gente, el pequeño estaba agotado. La temperatura rozaba los veinticinco grados. Era un día perfecto para salir con su hijo.

Cuando Sandy y Chelsey habían mencionado que querían dar a probar el chili y repartir cupones en el centro comercial, él había sugerido que fueran al parque. Así lo habían hecho y enseguida se había corrido la voz de que había un jugador de fútbol profesional que estaba repartiendo chili con carne gratis y fotografiándose con la gente.

—Tienes mucho valor para llevarte a mi hijo sin preguntarme.

Harry se volvió al oír la voz enfadada de Clare. Chelsey le puso una mano en el hombro a esta.

—Ha sido idea mía —dijo, intentando exculpar a Harry—. Y te alegrarás cuando veas lo que ha hecho por la revista. Se ha corrido la voz de que Hollywood estaba aquí y han venido cientos de personas. En cuanto se han enterado de que había un famoso repartiendo chili con carne y firmando autógrafos, no han dejado de venir. Ha sido fascinante.

Harry intuía lo que se avecinaba, pero Chelsey no había visto todavía el poder de las hormonas de una mujer después de tener un bebé. Desgraciadamente, estaba a punto de experimentarlo en su persona.

Clare se colocó a pocos centímetros de su cara.

—Puesto que ha sido idea tuya —dijo—, estás despedida. No hace falta que vuelvas al apartamento. Te enviaré el despido y tu último cheque.

Harry notó entonces que ya había terminado el horario escolar, pues a poca distancia de ellos había un grupo de adolescentes. Los señalaban riendo y hablaban de ropa interior femenina.

Miró a Clare. Efectivamente, una prenda de encaje rosa sobresalía por debajo de la sudadera de ella. Harry tendió la mano y le quitó lo que resultaron ser unas bragas.

Los chicos rieron con más fuerza.

Clare le apartó la mano sin molestarse en ver lo que hacía. Estaba ocupada destrozando a Chelsey.

Harry se guardó las bragas en el bolsillo del pantalón.

—¿Estás de broma? —preguntó Chelsey—. Mira a tu alrededor. Acabamos de repartir todos los cupones que teníamos para el próximo mes. También hemos conseguido muy buenas notas para el chili que quieres sacar en primera página. No solo eso, tengo fotos para la portada que creo que te van a encantar. Con eso tachamos tres tareas de tu lista.

Clare señaló la calle.

—Vete.

—Pero...

—Nadie se lleva a mi niño sin consultarme Y por si no te has dado cuenta, yo soy la directora editorial.


También es mi hijo  || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora