Clare se empolvó la nariz, se pintó los labios y consideró que ya estaba lista para salir. Se volvió al espejo de cuerpo entero para echarse un último vistazo. Llevaba unos vaqueros ajustados blancos y un top negro Mark Jacobs con el cuello en V. Había comprado esa ropa unas semanas antes de saber que el proceso de inseminación había tenido éxito y estaba embarazada. Giró a la derecha y después a la izquierda. Entre el estrés y los cambios hormonales, pesaba un kilo y medio menos que antes del embarazo. Aunque no daba el pecho, seguía usando una talla más de sujetador.
—No está mal —murmuró.
Nate no tenía que recogerla hasta las seis y media, lo cual le dejaba diez minutos más. Había llevado a Ryan pronto a casa de Harry para tener tiempo de echar una siesta y ducharse con calma. Su piel resplandecía y se sentía rejuvenecida. Satisfecha con su pelo, entró en el cuarto de baño y se puso más brillo en los labios.
Llamaron a la puerta. Había llegado el momento de salir. Estaba nerviosa, pero le apetecía pasar algo de tiempo con Nate para ver si así podía empezar a sacarse a Harry de la cabeza de una vez por todas. No perdió tiempo en ir a la puerta.
Pero no era Nate.
—Estupendo. Me alegro de que no te hayas ido aún —dijo Harry—. Tenía que enseñarte esto.
Le mostró a Ryan.
Su pobre niño estaba cubierto de la cabeza a los pies con una especie de piel rara.
—¿De qué se supone que va?
Harry chasqueó la lengua.
—Es un puercoespín, ¿qué si no? Mira las púas de peluche —movió la piel sintética alrededor de la cabeza de Ryan para demostrárselo.
—No sé si le valdrá todavía cuando llegue Halloween.
—Ya veremos.
Clare le quitó la capucha a Ryan para leer la etiqueta.
—Este traje es para bebés. Dentro de cinco meses llevará otra talla.
—Pero es una preciosidad, ¿no?
—Es adorable —asintió ella—, pero ahora tengo que irme. Voy a terminar de arreglarme antes de que llegue Nate.
—Esa ropa es un poco provocativa, ¿no te parece?
—En absoluto.
—Se ve mucho escote —la mirada de él bajó más—. También veo que le has pedido los pantalones de cuero a tu hermana.
—Esto son vaqueros, no es cuero. Y son blancos, no negros.
—La verdad es que Ryan y yo lo hemos hablado y pensamos que es muy pronto para que te vayas a callejear por la ciudad. Acabas de tener un bebé, por el amor de Dios.
—Tú no eres mi padre, mi hermano ni mi novio. De hecho, me resulta difícil tenerte como amigo. Así que déjalo ya. Me niego a que me arruines la primera noche que salgo.
—Saliste a cenar hace dos noches.
Ella rio.
—Fue hace tres noches y, si esa es tu idea de pasárselo bien, necesitas que te examinen la cabeza.
—Él llega tarde, ¿verdad? —preguntó Harry—. A lo mejor te ha dejado plantada. Supe que era un tipo raro en cuanto lo vi.
Clare miró por encima del hombro de Harry e hizo un gesto de saludo con la mano.
—Hola, Nate.
El doctor estaba deslumbrante con un pantalón oscuro y una camisa de rayas. La ropa le quedaba como un guante. Clare se esforzó por no reírse de la expresión irritada de Harry y pasó al lado de este para saludar a Nate.
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También es mi hijo || H.S
RomanceDe niña, Clare Garrison nunca había soñado despierta con la boda perfecta. Había soñado con tener un bebé. Niño o niña, daba igual. Desgraciadamente, su prometido no podía tener hijos. Clare estaba decidida a cumplir su sueño y pasó años buscando un...