—Cierto —Sandy echó las cebollas y los pimientos en la cazuela—. Pero siento curiosidad. ¿Por qué te llama Thomas ahora después de tanto tiempo?
—Me llamó una vez, pero no contesté.
—¿Todavía sientes algo por él?
—He comprendido que necesito cerrar el capítulo, y el único modo de hacerlo es que los dos nos sentemos a hablar de lo que pasó.
Lo que Clare necesitaba saber era cómo alguien con quien había estado dispuesta a pasar el resto de su vida podía haberla humillado hasta tal punto. Si él había descubierto que no podía seguir adelante con el matrimonio, ¿por qué no se lo había dicho en lugar de dejarla allí plantada como una tonta? Esa pregunta le había quitado el sueño muchas noches. Ella había confiado en Thomas. Nunca, ni en un millón de años, lo habría creído capaz de hacer algo como aquello. Pero lo había hecho y, menos de una semana después de que la dejara plantada en la iglesia, los padres de ella lo habían invitado a su casa y habían suplicado a Clare que saliera de su habitación y hablara con él. Todos esperaban que lo perdonara sin vacilar. Aquella había sido la última gota. Clare había hecho las maletas y había partido para California menos de una semana después.
De la cazuela salía olor a ajo mezclado con cebolla y Sandy añadió alubias blancas a la mezcla.
—Me pregunto si Connor estará el domingo en la barbacoa —comentó.
—¿El hermano de Harry? —preguntó Clare, sorprendida.
Sandy asintió.
—¿Por qué te sorprende?
—No lo sé. Supongo que porque hace tiempo que no te veo mostrar interés por un hombre.
—No me interesa Connor. Solo he pensado en él porque parecía callado... y triste.
Clare estaba más que dispuesta a ayudar a su amiga si creía que había alguna posibilidad de emparejarla. Pero la verdad era que Sandy era demasiado exigente, por no hablar de terca y obstinada.
—No me fijé —mintió—. Pero puesto que se trata de Harry y sus hermanos, he decidido que no es buena idea que yo vaya a la barbacoa el domingo.
Sandy no contestó a eso.
—Ni siquiera sé si es buena idea que Harry y yo seamos amigos —añadió Clare.
—En eso estoy de acuerdo —Sandy removía los ingredientes de la cazuela—. Ya sabes lo que pienso de esa inesperada aparición suya.
—Exactamente. Yo pasé por el proceso de la donación de esperma sabiendo que criaría a Ryan sola. Pero que no quiera a Harry en la vida de Ryan no significa que crea que es mala persona. Es solo que necesito... no, que quiero, criar a Ryan sola. Y además, Harry es un jugador famoso. Es atractivo y no pasará mucho tiempo hasta que se case y tenga hijos propios. No quiero que Ryan sienta que no es tan bueno como los otros. Una amistad con Harry no saldría bien. Tiene que dejarnos en paz.
—Estoy de acuerdo —Sandy tapó el chili y bajó el fuego.
Clare la siguió a la sala de estar, donde Lexi coloreaba sin hacer ruido. La ayudó a recoger los lápices de la niña.
—Estoy segura de que Harry lo entenderá cuando le digas que has cambiado de idea sobre la barbacoa —comentó Sandy.
—Y si no lo entiende, lo siento —dijo Clare, que intentaba convencerse a sí misma de que lo mejor que podía hacer sería no tener nada que ver con el padre de Ryan—. Hizo mal en mudarse aquí sin consultarlo antes conmigo. Es arrogante y avasallador. Si cree que puede...
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También es mi hijo || H.S
RomanceDe niña, Clare Garrison nunca había soñado despierta con la boda perfecta. Había soñado con tener un bebé. Niño o niña, daba igual. Desgraciadamente, su prometido no podía tener hijos. Clare estaba decidida a cumplir su sueño y pasó años buscando un...