—Muchas gracias por habernos invitado a Ryan y a mí —dijo Clare a Phil Styles—. Lo he pasado muy bien.
—Debería dártelas yo a ti por haber traído a Ryan. Ha significado mucho para todos nosotros —el hombre la abrazó—. Mientras recuperas a tu hijo, voy a por tus cosas —señaló hacia la izquierda—. Ryan está dormido en el antiguo cuarto de Harry. Está por ese pasillo a la izquierda. Yo iré enseguida.
—Gracias —Clare avanzó por el pasillo mirando todas las fotos de familia que colgaban en las paredes. Al parecer, no era fácil meter a diez niños en una foto, porque casi siempre había una cabeza o un cuerpo cortados por el marco. Había fotos de Harry jugando al fútbol americano y de todos los chicos Styles montando caballos, ponies o jugando en columpios hechos con sogas en el granero. Una gran parte de la pared estaba dedicada a medallas y premios que habían ganado en espectáculos de caballos y ponies.
Cuando se acercaba al primer dormitorio, oyó voces. Reconoció la de Harry y, cuando se asomó por la puerta entreabierta, vio a Harry y a Maggie de pie al lado de una cuna portátil. La señora Styles se hallaba al otro lado de la cuna y se disponía a tomar a Ryan en brazos. Maggie mostró dos papeles.
—Tengo muy buenas noticias —dijo. Movió el papel que tenía en la mano—. ¿Adivinas lo que es esto?
—No tengo ni idea —respondió Harry.
Su madre tomó a Ryan en brazos. No prestaba ninguna atención a los papeles.
—No solo es la carta que enviaste a CryoCorp —explicó Maggie—, sino también una copia del cheque que ellos cobraron, lo que prueba que recibieron la carta y el cheque a los pocos días de la fecha en que tú dices que los enviaste. Ahora se verán obligados a admitir su parte en todo esto y el juez no tendrá más remedio que otorgarte la mitad de la custodia de Ryan.
Phil Styles había vuelto ya con las cosas de Clare. Carraspeó para anunciar a los demás que estaban allí.
Todos se volvieron hacia ellos.
A Clare le ardía el estómago y le picaban los ojos. No sabía qué decir. Solo sabía que tenía que irse de allí inmediatamente. No debería haber ido. Había querido jugar limpio, pero ahora algo se movía en su interior, algo profundo, oscuro y tenebroso, algo que le decía que tenía que ir con cuidado con Harry y su familia. No porque no fueran buenas personas, pues su instinto le decía que solo querían lo mejor para Ryan y para ella; sino porque tenía que ser ella la que decidiera lo que más les convenía a su hijo y a ella. Aunque había empezado a creer en serio que podría soportar que Harry formara parte de la vida de Ryan, no estaba preparada para darle la mitad de la custodia ni el poder de decidir sobre todos los asuntos relacionados con Ryan.
Como no sabía qué decir, se adelantó en silencio. La señora Styles le pasó a Ryan.
Clare lo estrechó contra su pecho y miró a Harry.
—Tengo que irme. Quiero llevar a Ryan a casa.
—Lo siento —musitó Maggie.
Clare no supo si la disculpa iba dirigida solo a ella o también a la familia de Harry, pero eso le daba igual. En todo caso, tenía la sensación de que debía darle las gracias por haber conseguido que se diera cuenta de lo rápidamente que había vuelto a hacer lo mismo que había hecho toda su vida: intentar complacer a todo el mundo. Ahora tenía un hijo y era preciso que pusiera el bienestar de este por encima de todo lo demás. Ryan era su hijo, y nadie, ni Harry Styles ni su familia, lo iba a apartar de ella.
El regreso a casa fue casi más de lo que Clare podía soportar. Lexi y Ryan se quedaron dormidos cuando más necesitaba ella la distracción. Sandy iba oyendo su iPod con auriculares y tenía los ojos cerrados.
—Siento mucho lo que ha pasado con la carta —se disculpó Harry— Sé lo que estás pensando y quiero que sepas que nadie pretendía ocultarte nada.
Clare tenía la vista fija en la ventanilla. Miraba la puesta de sol detrás de las hileras de casas y árboles que pasaban rápidamente al otro lado del cristal. No quería hablar de aquel tema. Necesitaba pensar, hacer planes, decidir cuál iba a ser su próximo paso.
—¿No vas a hablar conmigo? —preguntó él.
—He pasado meses soportando inyecciones y medicamentos —explotó ella de pronto—. He llevado a mi hijo dentro durante ocho meses y medio. He comido bien y he hecho ejercicio todos los días. Ryan me pertenece y nadie me lo va a quitar.
—Yo jamás lo apartaría de ti.
—¿Entonces por qué sigues adelante con esa historia de la mediación?
—No hace mucho tiempo que nos conocemos. ¿No tiene sentido que quiera algún tipo de documento que diga que estás de acuerdo en que Ryan también es hijo mío y que puedo pasar tiempo con él?
Ella buscó en su bolso y sacó un bolígrafo y un trozo de papel. Escribió: "Harry Styles es el padre de mi hijo, Ryan Michael Garrison". A continuación miró el papel un momento y después lo arrugó y lo tiró al suelo.
—Creo que deberías hacerte la prueba de paternidad.
Harry no apartó los ojos de la carretera.
—¿Por qué?
—¿Y si no eres su padre? ¿Cómo sabemos que es verdad?
—Eso no es necesario. CryoCorp me envió una carta donde venía el número que te habían asignado. Así fue como te encontré.
—Las compañías están dirigidas por personas. Las personas cometen errores. Llamaré al tribunal y les diré que no quiero seguir adelante con la mediación hasta que los análisis confirmen la paternidad.
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También es mi hijo || H.S
RomanceDe niña, Clare Garrison nunca había soñado despierta con la boda perfecta. Había soñado con tener un bebé. Niño o niña, daba igual. Desgraciadamente, su prometido no podía tener hijos. Clare estaba decidida a cumplir su sueño y pasó años buscando un...