Capitulo 45

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Cuando salió Clare, los otros estaban en medio del festival de arte. Dibujos de colores hechos con tiza cubrían las aceras y había puestos de venta alineados a ambos lados de la calle.

—Siento haber tardado tanto —comentó Clare, colocándose un mechón de pelo detrás de la oreja—. ¿Qué te ha parecido?

—¿El qué? —preguntó Harry.

—¿Nate?

—Creo que es un sueño.

Clare se echó a reír.

—Quiero decir como pediatra. ¿Crees que es concienzudo y profesional? ¿Un doctor en quien podemos confiar para que cuide de Ryan?

—No he conocido a muchos pediatras. No tengo con quién compararlo, lo siento.

—Me parece que me he perdido toda la diversión —comentó Laura.

—Él y tú os lleváis muy bien —dijo Harry—. ¿No habéis quedado para salir? —preguntó, aunque lo decía en broma.

A Clare le brillaron los ojos como si fueran luces de neón de las Vegas.

—Pues en realidad, sí. Hemos quedado para ir al cine el viernes.

Harry sintió náuseas y no sabía por qué. Llevaba a Clare a un lado y a Laura al otro y él empujaba el carrito por la calle. No tenía un destino concreto en mente. El coche de Clare estaba en dirección contraria. Él simplemente caminaba e intentaba mantener la calma porque sabía que no tenía sentido que se pusiera celoso.

—¿Crees que puedes quedarte con Ryan ese día? —preguntó Clare.

—Es mi hijo. Pues claro que puedo quedarme con él. ¿A qué hora?

—¿Qué tal a las cuatro?

Por alguna ridícula razón, él se sintió mejor sabiendo que sería temprano y no tarde.

—Así tendré tiempo de ducharme y prepararme —explicó ella—. Nate quiere llevarme a Crush, un restaurante nuevo en Jasmine Street. He querido ir allí desde que abrieron hace seis meses.

Se pararon y esperaron a Laura, que se había quedado en un puesto, donde miraba bolsos hechos a mano y regateaba con el vendedor.

—Pensaba que ibais a ir a una sesión temprana del cine.

—Yo no he dicho eso. He dicho que iremos al cine, pero será después de cenar.

—¿Y cuándo piensas volver?

—¿Por qué? ¿Tengo hora de llegada?

—Claro que no, pero creí que habías dicho que Sandy y tú teníais mucho trabajo en la revista.

—Gracias a ti, nos hemos puesto al día. Sandy me ayudó a escribir mi columna y Chelsey trajo las fotos anoche. Ya sabes, las fotos que hizo en el parque. Tenemos muchas buenas para elegir —Clare sonrió—. Empiezo a sentirme yo misma otra vez —giró en círculo con los brazos en el aire y la cara expuesta al sol—. ¡Qué día tan hermoso!

"Sí, muy hermoso", pensó Harry.

—Mira eso —Clare cruzó la calle hasta uno de los puestos.

Harry la contempló mientras ella admiraba las figurillas de bronce más feas que él había visto en su vida. Le llevó una a él y se la puso delante para que viera bien los detalles.

—Esto es lo que yo llamo arte.

Harry recordó las palabras de su madre. "Si no tienes nada agradable que decir, es mejor que no digas nada".

—¿Qué te pasa?

—Nada. ¿Por qué?

—No sé —contestó Clare—. Desde que hemos visto al doctor Lerner, pareces un día triste de lluvia empeñado en acabar con la alegría del sol.

—A lo mejor es porque me pregunto cómo puedes besarme a mí un momento y empezar a babear con el doctor al momento siguiente.

—No estaba babeando. Además, tú has dejado muy claro que el beso ha sido un gran error. ¿Por qué te importa lo que yo haga con el doctor Lerner?

—No lo sé —contestó él—. Olvida que he dicho algo.

—¿Estás celoso?

Harry soltó una risita nerviosa.

—Claro que no. Pero no creo que el doctor Lerner te convenga.

Clare sonrió.

—¿Qué? —preguntó él.

—El doctor Lerner salió en una de esas bolsas de la compra de Abercrombie y Fitch.

—¿En una qué?

A ella le brillaron los ojos.

—En las bolsas de A&F solo aparecen hombres sexy —dijo.

—¿Y qué tiene que ver eso con que no te convenga?

Clare se encogió de hombros.

—Solo he pensado que debía mencionarlo.

—¿O sea que a ti te parece sexy?

Ella hizo una mueca.

—Por supuesto.

—¿Por eso te gusta, porque es sexy?

—Eso nunca viene mal; pero no, no me gusta solo por eso.

A Harry le costaba tanto sacarle las palabras, que tenía la sensación de estar arrancando dientes.

—¿Y qué más te gusta de él? —preguntó


También es mi hijo  || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora