Capitulo 53

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—Mira quién ha venido —dijo Clare, señalando la casa con la barbilla.

Sandy se volvió a mirar e intentó que no se notara que le alegraba la presencia de Connor. Este caminaba hacia ellos.

—¡Mira ezo! —gritó Lexi.

Jake hizo un gesto de dolor.

—Mira eso —corrigió.

—¡Mira ezo! —repitió la niña.

Sandy ya le había explicado a Jake que había llevado a Lexi a un logopeda, quien le había dicho que, cuando tuviera todos los dientes, podría pronunciar bien la S, pero ni él ni sus hermanos parecían creerla.

—Hola —dijo Connor cuando llegó hasta ellos—. ¿Qué tal?

Jake llevaba las riendas y no aflojó el paso para esperar a su hermano.

Sandy sujetaba la pierna de Lexi y caminaba hacia atrás para seguirle el paso a Jake y hablar también con Connor.

—Como puedes ver, nos estamos divirtiendo —dijo.

Si Connor ya le había parecido atractivo la semana anterior, ese día, con vaqueros y camiseta, la dejaba sin aliento. Sus brazos no eran tan fuertes como los de Harry, pero era obvio que iba regularmente al gimnasio. Cuando se acercó a ella, notó que también olía bien, a heno fresco mezclado con una chispa de colonia. Connor caminó a su lado y extendió el brazo para acariciar la crin del pony.

—Este es Peanuts. Era mi pony —le dijo a Lexi —. Mis hermanos y yo jugábamos a indios y cowboys y Peanuts era el más rápido de todos. Nadie podía alcanzarnos.

—Se equivoca —le dijo Jake a Lexi—. Cuando se fue a la universidad, mamá dijo que era mío y Peanuts es mi pony desde entonces.

—Está bien, niños —bromeó Sandy—. Fin de la discusión.

Connor soltó una carcajada, pero Jake no parecía contento de tenerlo allí. Su hermano era al menos veinte centímetros más alto que él, por lo que no le costó nada frotarle la parte superior de la cabeza con los nudillos.

—Puedes quedarte con Peanuts, ¿de acuerdo?

—Es todo tuyo —Jake le pasó las riendas—. Le he prometido a Sandy que le enseñaría a bailar en cuadrilla. Este es un buen momento para cumplir mi promesa.

Sandy no supo qué decir. Prefería quedarse a hablar con Connor, pero era cierto que antes había mostrado interés por aprender el baile.

—Me encantaría —respondió con rapidez—, pero prefiero quedarme con Lexi.

—No te preocupes, Connor cuidará de ella, ¿verdad, hermano?

Connor miró a su hermano primero y después a Sandy.

—Será un placer.

Sandy se riñó en su fuero interno por haberle dicho a Jake que bailaría con él.

Llevaba toda la tarde esperando que llegara Connor y ahora que por fin estaba allí, tenía que dejarlo. A veces la vida no era justa.

—¿Seguro que no te importa? —preguntó.

—Ve a divertirte. Lexi y yo estaremos bien.

—Lexi, pórtate bien con Connor, ¿de acuerdo?

La niña asintió.

—Me guzta.

Connor rio.

—Vuelvo enseguida —prometió Sandy.

Jake le tomó la mano y tiró de ella sin darle tiempo a hacer nada más, ni mirar a Connor a los ojos un momento más ni pensar en una excusa para extender el brazo y tocarlo. Cuando llegó al granero, se volvió a mirar y vio que Connor recorría otro círculo con Peanuts y se reía de algo que había dicho Lexi.

Él se volvió entonces hacia ella, como si supiera que lo estaba mirando.

****

Después de su tercer baile, Sandy se sentó en una bala de heno al lado de Clare y se secó la frente.

—Gracias, Jake. Ha sido muy divertido.

—Voy a buscaros ponche y vuelvo enseguida.

—Creo que le gustas —comentó Clare—. ¿Qué ha pasado con Connor?

—Está con Lexi y el pony. La verdad es que yo quería bailar con él, pero cuando Jake me pidió que bailáramos, yo pensaba que Connor ya no iba a aparecer. Tengo la sensación de haber vuelto al instituto.

Clare se echó a reír. Se quitó una paja de los vaqueros.

Sandy señaló a Harry y a la mujer con la que hablaba.

—¿Esa es su abogada?

—Sí, lo es. También es la prometida de su hermano adoptivo. Se llama Maggie.

Las dos observaron a Harry hablando con la mujer.

Sandy achicó los ojos.

—¿Y qué pasa con esa historia del tribunal? ¿Sigue pensando intentar conseguir la custodia parcial de Ryan?

—Supongo que hablaremos de todo eso dentro de unas semanas, con el mediador que nos asigne el tribunal.

—Quizá si le dejas ver a Ryan cuatro veces al año, se contente con eso y no tengáis que molestaros con la mediación.

Clare se mordió el labio inferior.

—No sé qué hacer en este momento. Creo que debería hablar con Thomas del tema.

—Hay miles de abogados en este país. No tienes por qué recurrir a Thomas.

Clare suspiró. Seguía mirando a Harry y Maggie.

—¿Qué opinas de esos dos? Conocí a Aaron, el hermano adoptivo de Harry y prometido de Maggie, el día que fuimos con Ryan al pediatra. Había una hostilidad evidente entre Harry y él.

—Interesante.

—Y ayer, antes de mi cita con Nate Lerner, el pediatra de Ryan, vi a Maggie en el apartamento de Harry. Cuando le pregunté a él por la visita, quiso quitarle importancia. Dijo que solo había ido a ayudarle a decorar la habitación de Ryan.

—No sabía que habías salido con el pediatra de Ryan.

Clare asintió.

—El plan era ir a cenar y al cine, pero lo llamaron de urgencia a la sala de partos para hacer una cesárea. Y acabé viendo una película con Harry... después de que entrara en mi apartamento sin avisar y me pillara medio desnuda.

—Esto se vuelve cada vez más interesante —Sandy inclinó la cabeza a un lado y la miró con atención—. Le estás tomando afecto, ¿verdad?

—No lo sé. Tal vez. Sí. A veces me mira como si fuera la única mujer en el mundo y otras veces simplemente parece confuso.

—¡Hombres!

—Sí.

—Si Dios fuera una mujer, no habría sido tan cruel.

El regreso de Jake, con un vaso de ponche para cada una, puso fin a la conversación sobre Harry.

También es mi hijo  || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora