Capitulo 60

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Helen Styles miraba el techo, la luz de la luna que se filtraba a través de las persianas.

—Phil, ¿estás despierto?

Su esposo, que estaba de lado, se colocó de espaldas.

—Ahora ya sí.

—Estoy preocupada por Maggie y Aaron.

—Solucionarán eso. Dales tiempo –dijo él.

Volvió a cerrar los ojos y ella escuchó su respiración profunda y regular y confió en que el sonido la ayudara a volver a dormir.

No tuvo esa suerte.

—Si Harry hablara con Aaron —comentó—. Si le dijera que les desea lo mejor a Maggie y a él, estos podrían seguir adelante con sus vidas. ¿Por qué es tan testarudo Harry?

—Porque es hijo de su madre.

Helen sonrió y se acurrucó al lado de su esposo, algo que hacía siempre que tenía demasiadas cosas en la cabeza y no podía dormir.

—¿Qué opinas de Clare Garrison? —preguntó.

Él colocó su brazo de modo que la cabeza de ella encajara en el hueco de este.

—Creo que es una chica encantadora. Ya te lo dije. Tenemos suerte de que forme parte de la familia.

—¿Dónde estábamos nosotros cuando Harry cobraba dinero por su esperma? ¿Por qué hizo algo así? ¿En qué nos equivocamos?

Phil estiró el brazo y le rozó la mejilla con los dedos.

—Los chicos hacen cosas curiosas e impredecibles. Estoy seguro de que tuvo sus razones, y ahora ya no puede volver atrás y no hacerlo. Además, Clare parece una buena mujer y nosotros hemos sacado un nieto estupendo de todo esto. Yo no me quejo.

—Creo que debería ir a ver a Clare. Harry parecía confuso la última vez que hablé con él. Probablemente necesite mi ayuda. ¿Qué te parece?

—Creo que no debes olvidar lo que pasó la última vez que metiste las narices donde no te llamaban.

Helen chasqueó la lengua.

—Connor tenía que saber lo que hacía su esposa. Él se merecía saberlo.

—Pero no sirvió de nada que supiera que su esposa tenía un problema con las drogas.

—Espero que no me eches a mí la culpa de su sobredosis.

—Por supuesto que no. No digas tonterías. Solo creo que la gente tiene que averiguar esas cosas por sí sola, sin que otros se entrometan en sus asuntos privados.

Helen se apartó de él.

—Lo siento —dijo Phil—. No pretendía herir tus sentimientos. Es solo que, después de que se lo dijeras a Connor, dio la impresión de que todo se estropeaba rápidamente.

—Cuando Connor supo lo que ocurría, pudo buscarle ayuda. Y Amanda habría vencido su adicción si ese monstruo, el traficante, se hubiera mantenido alejado de ella como le ordenó el juez.

—Las adicciones no son fáciles... principalmente porque siempre hay monstruos de algún tipo acechando, esperando un momento de debilidad —Phil tiró de su esposa hacia sí hasta que ella volvió a apoyar la cabeza en su pecho.

—¿Crees que Connor me perdonará alguna vez?

—Creo que ya lo ha hecho. Simplemente aún no se ha dado cuenta.

—Espero que tengas razón.

—Llevamos casi cuarenta años casados. Sabes que siempre la tengo.

Helen lo empujó con suavidad y los dos rieron, pero ella sabía que no iba a dormir mucho aquella noche. Su mente seguía dando vueltas y ella no podía evitar estar preocupada por Clare, Ryan y Harry. El instinto le decía que Clarey Harry estaban destinados a estar juntos. Tenía que haber un modo de abrirle los ojos a su hijo.

También es mi hijo  || H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora