Capitulo 1

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Capítulo I

Fuerza: "Se considera fuerza a cualquier reacción o influencia capaz de modificar el estado de movimiento o de reposo de un cuerpo"

La alarma sonó a las 6:45. Estire mi mano y la apague. Me desperece igual que un gato. Mire al otro lado del cuarto y vi a mi amado hermanito, dormía como un angelito. Un angelito que roncaba muy fuerte. Me levante procurando no hacer ruido y me dirigí hacia el baño para una ducha rápida. Me cambie rápidamente, me puse el uniforme, un poco de mascara en las pestañas y algo de brillo labial. Antes de salir del cuarto me acerque al pequeño dueño de mi corazón y deposite un suave beso en su mejilla. Inhale el aroma a niño una vez más y luego salí de ahí.

Entre a la cocina y tenía que preparar algo rápido de desayunar, hice un licuado, prepare café y me hice un sándwich para llevarme a la escuela puesto que ya era tarde y no me daba tiempo comerlo. -¿ya estas lista?- pregunto mi mama. Asentí y le pase el licuado.- le falta dulce- la mire feo.

- ¿me llevaras tú?- pregunte esperanzada, aunque por su aspecto lo dudaba

- no, te llevara Rubén- esa información me dejo aturdida- tengo algo de trabajo, así que tampoco podre irte a buscar, pasa a recoger al niño a casa de Érica cuando salgas- termino su licuado y lo dejo en la mesa. Me dio un beso en la mejilla y luego dijo que teníamos que irnos o se nos haría muy tarde.

Subí a su auto - buenos días- musite. No se molestó en contestarme. Él era el novio de mi madre, un par de años más joven que ella y una piedra en el zapato para mí. Salimos de la casa y condujo rápidamente hasta llegar a la escuela. - gracias- dije pero él me detuvo y me olfateo. -¿Que te echaste?-

-perfume, uno nuevo- dije

-¿y para quien te lo echaste?- y aquí venia otro de sus abruptos ataques de celo, que me enfurecían y me hacían preguntar ¿a él que carajos le importaba? detestaba que se comportara como mi padre o por lo menos en eso se escudaba cuando lo confrontaba frente a mi mamá. En que yo, necesitaba de un padre para enmendarme. A porque eso sí, de pequeña zorra no me bajaba. Si alguien me lo preguntara le diría que él se portaba más como un novio celoso que como un padre. Pero si le dijera eso a mi madre me echaría a la calle.

-para el guardia. Es tan sexy- dije señalando el señor entrado en años, de redondeado abdomen que sufría de alopecia. Mi broma no pareció sentarle bien por qué hizo una mueca

-mira Andrea, donde que me entere que andas de zorra, no te la vas a acabar- y así se fue al traste mi buen humor de hoy.

-eres un reverendo idiota, Rubén- abrí la puerta y la cerré de un fuerte portazo.

Atravesé el portón sin mirar atrás. Llegue al salón a las 8 en punto. Estaba en el quinto semestre de preparatoria y esperaba con ansias terminarla ya y seguir adelante con una carrera profesional para poder largarme de mi casa. Entre al salón y salude como si nada a todos. Oigan la ropa sucia se lava en casa ellos no tenían por qué enterarse de mis problemas. Salude a Esmeralda con un beso en la mejilla y me senté a su lado.

-¿cómo estuviste?- pregunte

alzo los hombros - atareada a morir, entre las demás materias y que a Vera se le ocurrió pedir la libreta completa, no me quedo tiempo de nada- ¡Maldición! era cierto la libreta, Vera había pedido una libreta con todos los temas de física que habíamos visto en este periodo así como sus magnitudes, formulas y una serie de cosas que jamás llegare a comprender para que las quiero si no pienso dedicarme a esto. Se me había olvidado. Y ahora que hacía, debido a nuestro reciente altercado intentar pedirle un favor a Rubén era impensable. Y mi madre no era una opción viable. Me troné nerviosamente los dedos.

Atracción Física  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora