Capitulo 33

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-Abran su libro en la página 15-suspire aburrida, faltaban escasos minutos para que la campana sonará- para mañana quiero que elaboren todos esos ejercicios - el viejo profesor tosió y se paro con un quejido - hagan favor de esperar el timbre para salir del salón. No quiero verlos correr en estampida - se dirigió a paso lento hacia la salida, rogaba que ya se fuera.

Cuando el clic de la puerta de oyó suspire.

Gracias Dios mio

Murmuros empezaron a oírse, Esme se giro hacia mi sonriente - muero de hambre - y yo de aburrimiento, querida.

Sam llego y rodeo a Esme por los hombros depositando un beso en su mejilla, se veía tan lindo todo enamorado.

Seguía preguntándome en que momento la aferrada de Esme iba a soltarle la bomba del doble embarazo pero no había siquiera indicios de tal cosa. Suspire al verlos, yo tampoco me atrevía a decirle algo a Sam.

-vamos a la cafetería - emprendimos la marcha en cuanto el timbre sonó, íbamos campantes y felices hasta que entramos a la cafetería, el olor de la comida inundó nuestras fosas nasales abriéndonos el apetito por lo menos a mi y a Sam, a Esme se le puso el rostro pálido y corrió en dirección contraria.

No supe que hacer, si ir tras Esmeralda o quedarme con Sam y fingir que no se que pasa. Siento la mirada de él caer en mi.

-¿no harás nada? - boquie igual que un pez - quizá necesite que le sostengan el cabello-

-voy... Voy a verla -atine a decir y comencé a caminar pensando que tal vez no era la única fingiendo que no sabe nada.

-¿estas bien? - la pregunte a través de la puerta.

-si- me contesto en cuanto paso una arcada - no - la escuche vomitar de nuevo. Caray yo también estaba apunto de volcar mi estómago.

-¿quieres ayuda? - por favor qué diga que no.

-ve, yo los alcanzo después -

-¿segura? -

-tan segura como qué volveré a vomitar - escuche una nueva arcada y me aleje tan rápido como pude de la puerta.

Salí rumbo a la cafetería, me preocupaba qué decirle a Sam. Una infección estomacal era buena excusa y con la cantidad de comida qué Esmeralda a ingerido en estos días era bastante creíble.

Nada más entrar mis ojos se clavaron en el pelicastaño sentado en una esquina, usando una camisa azul marino y disfrutando de un café con dos de azúcar. Intente no entretenerme de más en verlo, ahora que no me daba clases tenia escasos momentos para verlo y nulas oportunidades de hablarle por lo menos dentro de la escuela.

De hecho solo estábamos juntos media hora después de clases y aunque estábamos genial extrañaba aquellos días donde podíamos pasar horas juntos.

Los fines de semana nos las arreglábamos para pasar una tarde juntos, me sentía realmente tentada de pedirle a mamá permiso para dormir fuera una noche, por supuesto Esme sería mi cuartada.

-¿pediste algo para mi? -

-como si fuera necesario, la señora Martha me entrego eso nada más acercarme - ensalada de pollo y jugo de naranja - ¿como le hace Vera para hacerte llegar eso? -

Tomé un sorbo del jugo contenta de no tener que responder preguntas sobre Esmeralda - le dijo a la señora que salía con mi madre - en serio lo hizo, él me lo había confesado una semana atrás, para Martha yo era la futura hijastra de Sergio Vera.

Sam me miro contrariado - como adoran arriesgarse así - me encogí de hombros para restarle importancia- ¿Esmeralda esta bien? - asentí llevando un poco de ensalada a mi boca - ¿qué tiene? -

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