-ahora suma esto y esto- le indique a jorge. Sumó contando sus deditos.-son seis - dijo sonriente
-correcto, haz la que sigue en lo que reviso la crema- asintió. Era tan fácil tratar con él. Un niño muy listo. Probé la crema de zanahoria y la apague tenía que darme prisa aún faltaba mucho por hacer. Tenía que terminar la cena, lavar platos y terminar con toda la tarea acumulada del día. Mamá llegaría en cualquier momento y yo tenia que tener la casa lo mejor posible para tenerla contenta, sobretodo si Rubén ya le había contado su versión de los hechos. Voltee para ver a jorge hacer su tarea en la pequeña mesa de la cocina. Revise sus sumas y rasque su cabeza. Fui hacia la sala para comprobar que todo estuviera en orden, realmente no esperaba que mamá se diera cuenta si la casa estaba limpia o no. Le bastaba con que hubiese comida y ropa limpia. Yo la mantenía así por tener cierto ambiente familiar en nuestras vidas, ya saben, un hogar limpio, cálido y todo eso, más que nada para Jorge, se merecía lo mejor que pudiéramos darle.
El tan conocido sonido del carro estacionandose en nuestra entrada me indico su llegada, con Rubén claro está, como se me ocurrió siquiera albergar la esperanza de que iba a dejar pasar una oportunidad como esta. Si Vera le sirvió la mesa, no hacía falta más que sentarse a comer. Vera, Vera, Vera había empezado a pronunciar su nombre tres veces como si fuera un mantra. Trataba con eso de esclarecer un poco todo lo que había pasado el día de hoy. Como si mágicamente todas mis dudas se disiparan al pronunciar por tercera vez su nombre, hasta ahora no había ocurrido nada pero seguía haciendolo para ver si en una de esas me llevaba la sorpresa.
El sonido de la puerta al azotarse me saco de mis cavilaciones, mi madre camino hacia mí - mamá, que bueno que llegaste- una fuerte cachetada hizo rezumbar mi oído, puse mi mano sobre la mejilla afectada - ¿que te pasa? ¿Por qué me pegas? -
-¡ no vuelvas a meterte con él! - mi corazón se aceleró un segundo, hasta que entendí que era imposible que hablara de Vera - no pongas esa cara, te advertí lo que sucedería si le hacías algo a Rubén - no podía ser tan maldito
-¡yo no le hice nada mamá, fue el quien me golpeó! - le enseñe la marca en mi cuello que aunque tenue seguía ahí, la cara de mi madre pareció dudar un segundo - si el te hizo eso es porque te lo merecías, después de todo lo que hace por nosotros, ir a dar la cara por ti, que no eres nada suyo, soportar el sermón del director y el profesor ese diciendo que su hija es una descarriada que se acuesta con medio salón - mi boca se abrió de incredulidad, lo busque con la mirada pero hasta ese momento caí en cuenta de que él no había entrado con ella, cobarde, seguramente estaba esperando afuera a que mi madre terminara de pegarme y me mandara a la habitación para hacer su entrada de novio comprensivo y consolador, gruesas lágrimas rodaban por mis mejillas - no te vuelvas a meter con él, es mi marido y vas a respetarlo y si te gusta andar de puta tendrás que acostumbrarte a que te traten como tal - me empujó y paso a un lado- ¿tienes algo que decir en tu defensa o te vas a quedar callada? -
-tu ya me sentenciaste para que defenderme, todo lo que diga servirá para gastar saliva, ¡tu jamás me creerás porque siempre pondrás por encima de tus hijos a todo aquello que te lleve a la cama! - ella se fue encima de mi, repartiendo manotazos y rasguños, Jorge grito y corrió hacia nosotras llorando.
-¡no, mamá no le pegues! ¡Ella ya se va portar bien! - jorge corrió hacia la puerta, gritando por Rubén, este entró como caballero montando a caballo para separarnos, más bien para quitarme a mi madre de encima, su cabello estaba alborotado y su vestido rojo ceñido descompuesto, Rubén la sostenía de la cintura para controlarla.
-Vete a tu habitación - dijo en tono neutro. Me pare del sillón, dispuesta a a irme conteniendo mi lengua para no meterme en más problemas - a la otra piensa mejor lo que haces - ese maldito, esta era su venganza por lo de hoy en la escuela, era una cucaracha rastrera y mi madre creía más en él.
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Atracción Física
RomanceLa fuerza del amor, la potencia del deseo, la inercia del miedo...Una chica complicada, un apuesto profesor y su extraña forma de enseñar sobre la materia.