Capitulo 11

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Tenía los nervios alborotados. ¡Gustavo nos había visto! Que estúpida fui, en que momento me deje convencer por la idea de andar con Vera y pensar que nadie se enteraría. Ajá si como no. Me daría de topes contra la pared pero llamaría demasiado la atención, la cafetería comenzaba a parecer pequeña. Maldije a Gustavo, maldije a Vera y su sensual andar pero sobretodo me maldije a mi por crédula. Luego estaba el tema de Sam y su desaparición, me preocupaba mucho quizá hasta más que Gustavo afín de cuentas el metiche profesor había visto a Vera con una alumna pero no sabia quien era esta. Bastaba con dejarme de jueguitos con Vera cosa difícil en estos momentos pues ayudaba a mantener mi estabilidad emocional.

-oye Esme ¿nada de Sam aún? - saco su celular lo reviso y negó con la cabeza, yo tampoco había recibido nada. Me levante de la mesa y les dije que iba al baño. Me dirigía hacia la salida cuando me percaté de la presencia de Vera en la mesa más cercana a la puerta. Estaba con el profesor de inglés parecían platicar amenamente. Llevaba un pantalón negro ajustado y una camisa a cuadros roja por lo que se alcanzaba a ver. Alzó la mirada y me sonrió coqueto inmediatamente después y como si no hubiera pasado siguió con su charla. Como se le ocurría mirarme y coquetear me así en un lugar público.

Llegue al baño y me eche un poco de agua en la cara. Ate mi cabello en una coleta y alice mi suéter. Unas chicas entraron al baño haciendo escándalo. Opte mejor por salirme y regresar a la cafetería, aproveche para revisar mi celular pero seguía sin noticias de Samuel. Se me ocurrió entonces que podía utilizar mi influencia con Vera para conseguir que me prestará una llamada y comunicarme con Sam. El punto era como acercarme a él sin levantar sospecha. Tenía clases con el a la última hora pero tampoco podía pedírselo no con tantos testigos. Salí del baño. Caminaba lentamente de vuelta a la cafetería cuando mi cerebro encendió su foquito. Alce la vista y busque a alguien que me sirviera para la encomienda. Vi a un chico viniendo hacia mi y lo detuve.

-hola ¿no has visto al profesor Vera por aquí? Es que lo buscan en la dirección.

El chico sonriente contestó - no pero debe estar en la cafetería -

-¿y si te pidiera un favor? - le sonreí coqueta

-a ti, el que quieras - me sonrió.

-bien, me mandaron a buscar a otro profesor pero ese esta en un salón, podrías por favor ir y decirle a Vera en lo que yo voy con el otro - vamos chico acepta.

-claro, no hay problema -

-Gracias - le sonreí y me di la vuelta pero sentí que me sujeto de la mano

-oye - llamo - eres Andrea ¿verdad? -

-así es, tu Alejandro ¿no? -

-de carne y hueso - dijo coqueto

-y un pedacito de pescuezo - mi comentario burlón lo hizo reír y aproveche para zafar mi mano de su agarre.

-adiós y gracias Alejandro, nos vemos luego - me gire y comencé a caminar.

-pero luego luego ¿no? - grito. Solo voltee y le dije adiós con la mano.

Entre a la dirección como si nada, pensé en asomarme primero pero no quise levantar sospechas, el que nada debe nada teme ¿no? Vi a un profesor saliendo pero más allá del saludo no me dijo nada. Me senté a esperar que apareciera, una castaña cabeza asomó a los pocos minutos.

-¿nadie me buscaba en la dirección verdad? -

-claro que si - dije inocente - yo - él sonrío complacido.

-no se te hace medio arriesgado-

-tranquilo ya revisé y no hay nadie. Necesito pedirte un gran favor - con la mirada me pregunto - préstame tu celular para una llamada, prometo no tardar mucho -

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