Capitulo 14

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Su toque en mi brazo era firme pero no lastimaba- sueltame, no deseo verte, menos hablar contigo, largate - fue lo que salió del fondo de mi sereno corazón.

El rió nerviosamente- vamos a casa, te lo explicaré todo, tienes derecho a estar enojada-

-en serio ¿no me digas? - lo interrumpí - Que considerado de tu parte concederme ese derecho - rode los ojos y libere mi brazo. El hombre del taxi eligió ese momento para preguntar si iba a abordar o no, Vera le grito que no de una manera que inclusive yo brinque asustada, el taxista se subió a su vehículo antes que yo pudiera reaccionar, lo vi alejarse con mis esperanzas de alejarme de Vera. Me gire hacia la bestia disfrazada de maestro que tenía enfrente - sube a la maldita camioneta- su tono fue bajo y controlado pero no admitía réplicas. Pensé unos segundos en hecharme a correr pero supuse que eso serían demasiado infantil aun para mi. Si se iba a acabar entre más rápido mejor.

Camine con el pisandome los talones, me condujo hacia la puerta del vehículo y la abrió para mi, que caballeroso ¿verdad? Una vez adentro emprendió la marcha, yo iba callada, debatiendome entre comenzar a gritarle inmediatamente o esperar a que contará la pobre excusa que se había inventado. Lo vi mirarme de reojo cada tanto, era idea mia o no sabía que decir.

-¿tienes hambre? Hay un lindo restaurante italiano al que me gustaría llevarte -

La poca calma que me quedaba en el cuerpo se esfumó al oír semejante comentario ¿hambre? Vete al infierno Vera. - eres un reverendo idiota - dije ya sin poder contenerme - durante tres malditas horas te espere sentada en una banca como estúpida creyendo que quizá te había surgido algún problema pero me pareció escuchar que estabas muy bien acompañado, tanto que no te importo dejarme tirada ¡aquí! , te mande mensajes, te llame y me ignoraste por completo, - el hizo un intento por hablar pero no lo deje, su cara se endureció- ¡y me sales ahora con la estupidez de si tengo hambre! ¡Como si esto fuera una cita cualquiera y yo la novia idiota que te perdona todo! - detecte un brillo en sus ojos con esa última frase, una sonrisa se extendió por su rostro y suavizó notablemente el gesto. Dio vuelta y aparco en un lugar cualquiera.

-lo lamento, se que esto fue más que llegar tarde- iba a gritarle otro poco pero el continuo inmediatamente - pero ya que me trague toda tu diatriba sobre el mal NOVIO que soy - hizo mucho énfasis en la palabra novio - te toca escuchar; lleve a Fernando y me quede un rato con el para hacer tiempo, su mujer llamó entonces ella está en embarazada dijo que tenía cita con el médico y que se le había olvidado, Fernando no quería dejarla ir sola pero tenía que entregar el inventario al director ¿que querías que hiciera abandonarlo? -

Este me creía idiota - ¿y pasaste tres horas en el ginecólogo? -

-¡no! Fui por ella, entro al doctor la atendió, la regrese a su casa y cuando estába por irme me dijo que le dolía el vientre, me asuste llame Fernando pero no me contestó, me pidió  que la llevara al hospital -

-¿y en que momento de esta dramática historia se supone que yo te marque la primera vez? - no le creía nada

-cuando estábamos en la sala de espera del doctor, Damara estába a mi lado, ¡me puso nervioso! No me conviene para nada que ella se de cuenta-

-¿Damara? -

-¿y como quieres que la llame? ¡Esposa de Fernando! ¡Rayos creo que jamás había dado tantas explicaciones a alguien! - él estaba empezando a cabrearse también.

-¿y porque no te convendría que ella supiera que tienes novia? Tengo entendido que la esposa de Fernando alguna vez fue alumna de la escuela - benditos sean los chismes, estaba rabiosa con él - acaso no entendería mejor ella que nadie- la risa que se escapo de su pecho fue teñida de frustración - ¿no tienes nada que contestar a eso? - su mirada era un poco desesperada, lo había atrapado. Me gire para abrir la puerta dispuesta a dar por terminado esto.

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