Capitulo 22: ¿Quién Devoró A Quién?

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Me parece que por el titulo del capitulo ya saben de que va este. De manera que aquéllos que quieran leer la noche de éstos dos aquí la tienen. Los que no deseen leer sexo explícito, les informo que si se saltan este capitulo no perderán el hilo de la historia.

Muchas gracias por leerme y dejen sus comentarios.

Hasta la siguiente semana. Besos.

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Me estaba portando como un idiota, lo sabía más no pretendía cambiarlo. No pude contestar su llamada, en el momento me encontraba con varios compañeros, estuve tentado a hacerlo una vez que llegue a casa pero la desazón que sentía me lo impedía. Llámenme exagerado si así lo desean por comportarme así por un simple abrazo, pero les advierto que están equivocados no es el abrazo en sí lo que me había enojado, era el hecho de que aceptará el confort de cualquier persona (si, no es por Fernando, lo mismo daba él o cualquier otro) en un momento como ese pero rechazaría el mio en un pestañeo ¿ porque? Las estupideces de siempre, que seria sospechoso (pero de ninguna manera fue sospechoso que la abrazara Fernando, no) que nos estarían viendo y sería fácil deducirlo para cualquiera que mirase. Estaba un poco harto de repasar una y otra vez el mismo tema con ella, como si de una alumna se tratase. Me di un fuerte golpe en la frente ante ese pensamiento. Por supuesto, ella es mi alumna.

Suspire al releer el mensaje ¿que si estaba enojado? Esa era su pregunta. Enojado no era la palabra correcta, triste, sí. Ella ni siquiera me había mirado antes de irse, note que no estaba siendo fácil para ella pero vamos una mirada bastaba, una fracción de segundo, un instante que utilizará para decirme con esos ojos chocolates que me necesitaba. En vez de eso fue y abrazo a Fernando, ¡maldición! estoy seguro que hasta a Gustavo hubiese abrazado, más no a mi. Extraña manera de distinguirme entre el resto. No pensaba contestar.

Estaba descansando en la barra de la cocina tenía una cerveza en la mano y un plato de comida casera lleno. Andy lo hizo para mi y yo no me sentía con ánimos de probarlo. Di un largo trago a mi cerveza, empuje el plato tan lejos como pude, quizá era la resaca. Mi celular vibro de nuevo. Revisé el mensaje desde el panel sin abrirlo pero al leer el contenido el pecho se me contrajo.

Me levante como alma que lleva el diablo, corrí hacia el auto intentando no chocar contra nada mientras llamaba a Andrea. Sentí la locura crecer en mi cuando no contesto y me mando a buzón. Cerré la puerta de mi casa o esperaba haberlo hecho bien, llegué al auto y lo abrí con manos torpes, le marque otra vez desesperado, si algo le pasaba, si ese hijo de perra la tocaba -bueno - escuche por fin.

-Andrea voy para allá, encierrate en cualquier cuarto con Jorge - hable desesperado al oír su voz - estoy arrancando el carro ya mismo - me acomodé en el asiento e introduje la llave.

-¡no! Sergio espera- me detuve - te menti -

-¿que?- no jugaría conmigo de esa forma.

-Rubén no está aquí - me equivoque, me baje del auto y azote la puerta frustrado, esta niña creí que yo era su kent - ¿porque no me contestabas? ¿Estas enojado? -

Tremendo susto y me sale con esto. Resople - ¿porque ni siquiera me miraste? - fui sincero.

-no puedes estar en verdad enojado por eso - ¿no, apoco?

-¿si no puedo estar enojado por eso porque insistes en preguntar si lo estoy? - se que no estoy exagerando.

- estaba nerviosa y asustada - su voz fue tranquila, como si intentará convencer a un niño.

-eso lo entiendo - le dije.

-¿entonces? - no conteste - ¿porque estas enojado?- volvió a insistir

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