Capitulo 25

97 10 3
                                    


Esto es bastante extrañó. Estoy en un parque cerca de la casa de Esmeralda con mis amigos, se supone que estamos estudiando, y digo se supone porque Esmeralda se encuentra bastante entretenida con Marco (por fin lo conocí), Samuel no ha dicho ni "pio" desde que Marco apareció tiene la vista en el libro y cuando la alza y contempla a los tortolitos frente a él sus ojos dan una giro de 360°. El ambiente entre nosotros usualmente alegre se ha tornado silencioso sólo se escucha el ruido de los pajaritos cantando y ensalivados besos sonando, una mala combinación. Bueno, mala en este contexto. Se supone que salimos a estudiar en grupo, Esmeralda nunca nos avisó que seríamos la tapadera del domingo en la mañana.

Dirijo mi mirada a Sam que finge estar leyendo, sus inquietas manos sacudiéndose me hacen saber que su atención esta en todo menos en el libro frente a él.

Resople, estaba harta - no podrían besarse algo más lejitos - se separaron y me sonrieron.

-claro - dijo Marco palmeando la pierna de Esme para que se levantará de sus regazo - vamos a caminar, mi vida -

-¡no! - Sam casi salta de su lugar. - no es necesario, sigan aquí ella solo bromea - no, no lo hago.

- igual tengo sed, vamos a comprar agua - Esmeralda asintió - ¿quieren algo? - era bastante obvio que la pregunta la estaba haciendo por cortesía. Ya empezaba a negar con la cabeza cuando Sam dijo "¡si!" y entonces empecé a asentir como idiota, solo por apoyar a mi amigo.

No tenía idea de que iba esto y quería de verdad que se fueran si iban a seguir besándose así, pero a juzgar por su comportamiento Sam quería lo contrario.

-traeme un agua, unas galletas de avena y pasas, y cualquier golosina picante - le entrego dinero y se sentó quitado de la pena. La cara de Esme y su novio era un gran símbolo de interrogación "¿como pudo tomarse en serio el ofrecimiento?" bueno chicos, no pretende dejarlos desaparecer.

-¿y tú? - Esmeralda me miraba como pidiendo ayuda. Sam me dio un ligero golpecito con su pie, apenas un toqué con el mio. Suficiente para saber que solicitaba mi apoyo, lo siento Esme, te quiero pero Sam es Sam.

-quiero unas papas, un refresco de dieta, un chocolate semiamargo con arándanos, ¡no! saben que mejor un té negro helado. También quiero una pikaleta o cualquier dulce de chamoy-

-bien - ese bien de Esmeralda sono a "jodete". Le mostré una mueca dientuda que pretendía ser una sonrisa, yo estaría pensando algo peor si me hiciera lo mismo. Los vi marcharse abrazados de la cintura, la mano de Marco bajó hasta el trasero de Esmeralda y le dio un pequeño apretón. Abrí los ojos algo sorprendida.

-pero que idiota tipo - por un instante pensé que había exteriorizado mi pensamiento hasta que la voz siguió despotricando - ¿qué clase de imbécil manosea así a su chica en una lugar público? - intente contestar pero Sam no lo permitió - ¿acaso no ve que hay familias en el lugar? ¡Por Dios! Hay niños jugando y todos puede ver como se la faja - Sam estaba alterado.

-¿porqué no los dejaste ir entonces? - eso me intrigaba y mucho, ese tipo de demostraciones siempre han incómodado a Sam, solía evitarlos igual que a la peste.

-y dejar que ese maldito la llevará a no se donde para hacerle sabemos bien que ¡jamás! - no es que no lo hubiesen hecho antes, verdad. Sam se concentró en su lectura y yo saque mi celular para ver la hora, no le había dicho a mamá a que hora regresaban y ella tampoco me pregunto, Vera pasaría por mi en una hora más, habíamos planeado comer juntos. - Andrea -

-mmm-

Lo vi titubear - ellos aun no... Ya sabes, ¿Esmeralda no lo ha hecho con él, verdad? - oh señor ¿que contestó a eso?

Atracción Física  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora