Capitulo 12

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Después de pasar por la comida nos dirigimos hacia una zona tranquila de la ciudad. Con casas pequeñas pero que se venían muy hogareñas. Pasamos por un parque en donde varios niños jugaban, era una colonia muy linda.

-¿vives muy lejos de aquí? - pregunte sin dejar de mirar por la ventanilla

-no. Faltan un par de cuadras, ¿quieres venir a caminar en la noche al parque? - voltee a verlo y sonrei

-no creo que sea buena idea -

-Andrea llevó tres años corriendo en ese parque y jamas he visto a un solo alumno de la escuela, nadie nos verá. Es cierto que tenemos que ser cuidadosos pero no seas paranoica - no conteste, tenia razón. Me daba terror que alguien nos viera.

Vera se estaciono enfrente de una casa pequeña color verde seco de una sola planta. - ¿es esa? -

-si preciosa, esa es mi cueva del amor. Donde he violado a toda alumna que he querido- abrí los ojos sorprendida, él se soltó a reír- debiste ver tu cara- lo vi bajar del coche y dar la vuelta para abrir mi puerta todo mientras se seguía riendo- ya tranquila, no te enojes era broma - lo fulmine con la mirada, él no quitaba su estúpida sonrisa - ya vamos adentro los tacos se enfriaran - camine con él aun algo renuente.

Lo vi abrir la puerta y entrar en la casa. Me daba mucha curiosidad ver la morada de mi perverso profesor. Mire hacía todos lados al entrar intentando absorber la mayor cantidad de información posible. El lugar era sobrio con colores terra. Muebles cafés y persianas negras, se veía que un hombre había elegido todo.

-¿y bien? - preguntó mirándome

-¿qué? - respondí

-¿mi casa pasa la prueba? -

Le sonreí y me dirigí hacia la sala para sentarme - esta bien, por lo menos no es un desastre - observe un par de libros en la mesa, papeles al lado del teléfono y una planta casi seca en la esquina del recibidor fuera de eso todo parecía estar en su lugar.

-que bueno que te guste, aquí pasaras todo el fin de semana - arrugue el ceño. Lo vi desaparecer por la puerta que supongo daba a la cocina - te parece si comemos en la cocina, el comedor es un enredadero de exámenes - me levante del sillón dispuesta a dejar en claro que no me iba a quedar con él. Eso sería demasiado intenso para mi propio bienestar.

Al entrar el estaba colocando la cómida en platos. Me miro con una radiante sonrisa adornando su rostro. Intenté que tal gesto no me afectará, tenía que negarme a su ofrecimiento - no puedo quedarme aquí - alzó la vista, me lanzó un beso y siguió en lo suyo. ¿Acaso me dio mi avión?

-¿quieres agua simple o cerveza? No tengo otra cosa. Oh lo olvidaba aún no puedes beber, agua será - lo mire con cara de de pocos amigos, si me había tomado a loca - de acuerdo no pongas esa cara, una cerveza y ya - destapó dos cervezas y me paso una.

-no voy a quedarme aquí me voy a más tardar las 8. Y no me trates como una niña tonta - el dejo el taco que habia empezado a comer y me miro serio.

-entonces deja de portarte como una- me sorprendió un poco con ese comentario- no tienes donde quedarte y no encontraras un lugar más seguro que este, vas a salir de aquí y pasar la noche en la calle o con Elorza en el hospital ¿ese es tu plan no? No seas cabezota y de que le servirá a él tu presencia ahí, solo serás otra preocupación para tu amigo.- respiro profundo y le dio un trago a su cerveza - Si tu renuencia deriva de la razón que creo entonces estas muy equivocada, no voy a hacerte nada. Es más te juro que a partir de este momento yo solo te tocaré si tu lo haces primero, si no quieres siquiera que te tome de la mano o te abracé no lo haré, a menos que des el primer paso o me la pidas.- lo mire atenta- no me tengas miedo - este hombre tenía la capacidad de hacerme sentir tan mierda e inmadura en ocasiones. Sonreí, no sabía más que hacer. Seguimos comiendo aunque en silencio.

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