Sangre [SANGRE & ACERO #1]

Capítulo 2 - Bicho raro

- ¡SI!-Me levanté y todos se giraron a verme.

Me senté con cuidado y continué con lo mío. Después de 45 minutos por fin había superado mi récord en el Piano Tiles, ¿podía ir mejor mi mañana?

Sonó el timbre y me apresuré a salir de clase para reunirme con Luke. Pero claro no todo podía salir bien el primer día de curso.

Caminé por el pasillo hasta que mi hombro se retractó con fuerza, debido a un fuerte golpe.

- ¡Mira por donde vas!- Grité girándome hacia ''mi agresor''.

Me arrepentí de inmediato cuando unos ojos azules como el mar me fulminaron con la mirada.

Jamás, en mi vida me había sentido intimidada por alguien, y menos por un chico, pero en ese momento, juro que podría haberme meado encima.

No dijo nada, solo se quedó ahí, mirandome como 3 segundos que a mi, me parecieron jodidamente eternos.

Siguió su camino y no pude evitar girarme y mirar su espalda.
Nunca lo había visto por aqui, eso esta claro.
Volví de mi pequeño trance y me di cuenta de lo mal educado que había sido, ni siquiera se disculpó.

Seguí mi camino por los largos pasillos del instituto, fijándome en las paredes, de un color blanco mierda, sí, blanco mierda, ese blanco que debería ser blanco pero está demasiado sucio para serlo.

- ¡SOPHIE! - alguién me grito, justo en la oreja, y pegué un salto para después fijarme en quien era.

- Joder Luke.

- ¿Que tal tu primera hora de infierno? - Preguntó con una de sus sonrisas.

- Bueno, bien, he superado mi record.- Comenté sacando mi movil.

Negó con la cabeza mientras se reía.

- Vamos a la siguiente clase.- Pasó su brazo por mi hombro y se adelantó a mi.

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Las horas pasaron rápido gracias al Piano Tiles y los chismes que Luke me iba contando, así que pronto llegó el recreo.

- Luke mueve el culo, tengo hambre y no van a haber mesas libres en la cafetería. - Repliqué a mi amigo que seguía copiando como un loco los apuntes que aún estaban en la pizarra.

- Nos habrán guardado una - Dijo mientras se levantaba y guardaba todo en la mochila.

Corrimos por los pasillos hasta llegar a la cafetería, que por cierto estaba jodidamente llena.

- ¿Ves a mi Aiden? - Dije a Luke, que estaba igual que yo mirando por todos lados de la cafetería.

- ¿Tu hermano?

- Cuantos Aiden hay más?

- Está allí. - Señaló LA mesa, y digo LA mesa porque es dónde todos quieren estar, y pocos pueden, LA mesa liderada por mi hermano y su novia la rubia artificial, junto con todos sus amigos y las amigas de la rubia artificial, no todas rubias pero sí igual de retrasadas.

- ¿Que coño hace allí? Creo que le he dicho millones de veces que no me gusta sentarme con esa gente.

Mi amigo ignoró mi comentario y se acercó a LA mesa, dónde todos comían y charlaban animadamente.