Sangre [SANGRE & ACERO #1]

Capítulo 25 - El Consejo.

Las luces se encendieron, dejándome ver a uno más, 27.

Todos se acercaban a mí, pidiéndome respuestas, ¿Por qué? Preguntaban, sollozando.

No podía responderles, porque ni yo lo sabía.

¿Es porque pienso que estoy haciendo lo correcto? ¿O por mi venganza personal?

Como siempre, se fue de las manos, empezando todos a correr hacia mi, gritándome.

- Sophie, Sophie estoy aqui. - Su voz me despertó, tranquilizándome.

Me abracé fuerte a él, como siempre, dejando que las pesadillas se esfumaran, o al menos intentarlo.

- Esto no puedes seguir así, llevas un mes teniendo esas pesadillas. - Me susurró Ryan apoyando mi cabeza en su pecho.

Sí, un mes. Un mes desde que soy cazadora, desde que maté al primer vampiro, aquellos a los que cazo, me visitan noche sí y noche también, para atormentarme.

- Estoy bien. - Aseguré, levantándome de la cama.

- No estás bien Sophie, ¿tanto te cuesta admitirlo?

- Prométeme que siempre me vas a apoyar. - Le dije en un sollozo casi inaudible, al darme cuenta que él era uno de mis pocos apoyos ahora mismo.

- Te lo prometo, siempre voy a estar a tu lado, tomes la decisión que tomes.

Asentí, sintiéndome protegida, de nuevo.

Apenas llevamos 4 meses y ya se ha convertido en una de las personas mas importantes de mi vida, por el que daría la vida, y lucharía hasta desmayarme.

Y eso, por una parte, me asusta.

No soy pesimista, pero sé por experiencia propia que nada es para siempre.

- Ves a prepararte, hoy tienes tu primera reunión en el consejo y no querrás llegar tarde, señorita Price. - Me dijo sonriente.

- ¿Señorita Price? ¿Desde cuándo estamos casados? - Me reí

- Lo estaremos. - Me susurró mordiéndome el cuello.

- A ver que haces, si no te importa me gustaría seguir siendo mortal. - Bromeé alejándome, entrando al baño.

Me siguió como siempre, observándome mientras me quitaba la ropa.

- Una foto te duraría más. - Bromeé.

- No necesito ninguna foto para recordarte - Contestó serio para luego reírse.

- Idiota. - Murmuré entrando a la ducha.

Noté unas manos al abrir la ducha, encontrándomelo desnudo.

- ¿Se puede saber que haces? - Pregunté aturdida.

- ¿No puedo ducharme con mi novia? - Preguntó como si nada.

- Están mi madre y mi hermano abajo Ryan ahora no ..

- No he dicho que vaya a violarte. - Me interrumpió, cogiendo el champú del pelo. - Date la vuelta. - Ordenó.

Le hice caso, notando como sus manos se enredaban en mi pelo, lavándolo.

Cerré los ojos notando el suave tacto de sus manos en mi pelo.