Sangre [SANGRE & ACERO #1]

Capítulo 21 - Las pruebas

Antes de nada; absténgase de comparar este capítulo con Divergente, jamás vi esa película ni tengo intención de hacerlo, este capítulo está inspirado en MATRIX. Si Divergente se ha copiado de ellos no es problema de mi historia, gracias🙂

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- Sígueme. - Volvió a decir la chica.

Hice lo que me pedía, avanzando por una especie de pasillo completamente blanco, debían limpiar 20 veces al día para mantenerlo así.

Llegamos hasta una gran sala, del mismo color que el pasillo, con una especie de altar al final de la misma, dónde los jueces observan.

- Acércate. - Dijo uno de ellos.

La chica que me había acompañado se apartó, saliendo de la sala.

Di unos pasos hacia adelantes, para poder verles las caras, ya que las luces, estratégicamente colocadas, no permitían ver mas allá del altar.

Eran 5, y me quedé petrificada al ver que uno de ellos, era James.

- Túmbate. - Me ordenó impasible, como siempre.

Miré delante mío, dónde se encontraba un típico sillón los cuales utilizaban los psicólogos para su consulta, aunque esté parecía mucho mas moderno.

- Coloca la cabeza en la parte blanca.

Hice lo que me pedía, sin entender como iba a superar pruebas estando tumbada.

- Relájate, y confía en ti misma y en tus habilidades. - Dijo James esta vez más amable.

Noté un fuerte pinchazo en el cuello, haciendo que cerrara los ojos con fuerza debido al agudo dolor.

Volví a abrir los ojos al segundo, viendo unas vistas muy diferentes.

Fruncí el ceño, levantándome del sillón.

¿Qué coño hago en un puto desierto?

No veía absolutamente nada, sólo dunas, arena, y cielo, nada por el horizonte.

Decidí caminar, notando como la arena, a mis pies se movía en una dirección.

Decidí seguirla, notando cómo cada vez corría más rápido.

Mierda.

Corrí todo lo que pude al darme cuenta de lo que eran.

Arenas movedizas.

Me alejé todo lo que pude, cambiando de rumbo.

Pude ver un hombre a lo lejos, así que corrí hacia él todo lo que pude.

- ¡Hey! - Creo que se han equivocado, yo debería estar haciendo las pruebas, no en un desierto perdiendo el tiempo. - ¿Está bien? - Pregunté notando que ni siquiera se había girado a verme.

De un momento a otro, se giró, cogiéndome del cuello, dejando ver así su rostro.

Era el hombre que me había secuestrado y prácticamente dejado inconsciente por dos días.

Me levantó del suelo, como la otra vez, cortándome la respiración.

De una rápida patada, logré tirarle al suelo, impactándole en la cara.

Seguidamente se levantó corriendo a por mi.

Recordé las enseñanzas de James. Esperé el puñetazo, bloqueándole con una mano y empujando su mano hacia abajo, tirándole al suelo, dónde le pegué un puñetazo directo a la cara.

Su cuerpo se convirtió en arena.

¿Dónde coño estoy y que está pasando?

Un pistoletazo se escuchó, el cielo cambió, convirtiéndose así en una fría noche.