Capítulo 44 - Vuelta a la normalidad.

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- ¿Sophie? - La voz de mi madre sonó confusa, como si le extrañara verme por casa, no la culpo.

No dije nada, sólo sonreí.

Su cara cambió en milésimas de segundos, de confusión a alegría.

Me abrazó fuertemente, casi aplastándome.

- Sabía que recapacitarías, sólo necesitabas tiempo, yo lo sabía. - Murmuró mientras me abrazaba.

James, quién al parecer también estaba en la casa, apareció por la puerta, más confundido aún que mi madre al verme.

- Supongo que no hace falta que me arrodille. - bromeó, acercándose.

Negué con la cabeza, dejando que me abrace.

- Gracias por volver. - Me susurró.

- Bueno, basta de cursiladas, ¡vamos a cenar todos juntos de una vez por todas!

Todos soltaron una risa, mientras seguíamos a mi madre hasta el comedor.

Veía todos mis recuerdos en esta casa como si fueran lejanos, cuando en realidad, apenas han pasado 3 semanas desde que no vengo.

Me cegaron mis objetivos y me dejé llevar por mis obligaciones, en lugar de tomar un descanso de vez en cuando y disfrutar de mi familia, que, al fin y al cabo, es lo único que me queda.

Me senté en la mesa, al lado de mi madre mientras que en frente, Aiden y James charlaban animadamente.

Bueno, mas o menos.

Aiden seguía con sus ánimos por los suelos, y raramente hablaba, aunque lo entiendo.

A pesar de eso, la mesa derrochaba felicidad, harmonía, unión.

Aunque no puedo sentirme completa. No sin él.

Busqué en mi bolsillo, sacando el teléfono, dudando en si llamarlo o no.

¿Debería arrastrarme después de haberlo dejado como "amigos"?

Necesito a Ryan, sea como amigo, o como algo más, se ha convertido en una pieza indispensable en mi vida, me guste o no.

- ¿A que esperas? Llámalo. - El susurro de mi madre rebotó en mi cerebro como un proyectil.

Me giré para verla, con una de sus dulces sonrisas.

- Os amáis, compartid todo el tiempo que podáis juntos, antes de que sea demasiado tarde.

La volví a mirar, sus ojos desprendían ternura, y ahí me di cuenta de la suerte que tenía de tener una madre cómo la mía.

Sonreí, dándole un fuerte abrazo y un sonoro beso, para después levantarme y prácticamente salir corriendo hasta el jardín con mi móvil en mano.

Busqué su número y lo marqué, mientras me comía las uñas debido a los nervios.

1 tono, 2 tonos ...

- ¿? - Su voz, un poco mas ronca de lo normal, contestó la llamada, poniéndome los pelos de punta con solo una palabra. - ¿Sophie?

Las palabras no salían de mí, y me sentí más ridícula que nunca.

- Sí, soy yo, eh ... - Pensé las palabras adecuadas. - Me preguntaba si podías, ... venir, sí, venir.

Dudó unos instantes.

- Claro, ¿pasa algo?

Negué rápidamente.

- No, no, sólo ... Solo quiero verte.

El silencio se hizo en la otra línea.

- Esta bien, ahora voy hacia el consejo.

Sangre [SANGRE & ACERO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora