Volví a girar abrazándome más a él.
Su aroma me embriagaba mientras el frío se colaba entre las sábanas.
El sexo con el siempre era increíble.
Aunque nada se puede comparar a nuestra primera vez.
Sonreí para mis adentros, recordando aquella maravillosa noche.
- ¿Estás despierta? - Preguntó con la voz ronca.
- ¿Qué clase de pregunta es esa? - Me reí, levantando la cabeza para poder mirarlo.
- Levanta, voy a hacer el desayuno.
- Ya lo habrá echo mi madre. - Me quejé, besándole el cuello.
- ¿No tuviste suficiente con anoche? - Habló pícaramente, poniéndose encima mía, colocando los brazos alrededor de mi cabeza para no aplastarme.
- No, eres bastante poca cosa la verdad. - Bromeé.
- Ya, seguro. - Se levantó, desnudo.
- ¿No crees que deberías vestirte primero? A mi madre le va a dar un infarto si te ve así.
- Buena idea. - Cogió su ropa y se metió en el baño.
Maldito Ryan. Me vas a volver loca.
Cogí una de las camisetas de Ryan y un pantalón corto, 0 ganas de arreglarse a estas horas de la mañana.
Bajé a la cocina directamente, encontrándome a mi hermano comiendo crêpes y a mi madre preparándolos.
- Huele a gloria. - murmuré al entrar.
- Huele a crêpes. - Soltó mi hermano de mal humor.
- Y a ti que te pasa.
- Alguien no a dejado de hacer ruido en la habitación de al lado. Los golpes de la cama contra la pared son incómodos, más si estás en la habitación de al lado.
Mierda.
- Estábamos ... ordenando la habitación.
- Ya ... ordenando la habitación. - Me repitió.
- ¿Que me he perdido? - La voz de Ryan se hizo presente en la sala, se sentó a mi lado, con mi hermano en frente.
- Al parecer Aiden nos escuchó mientras ordenábamos la habitación. - Le di un pisotón por debajo de la mesa.
- Ah ... la próxima vez tendremos más ... cuidado.
- Y dime Ryan, ¿sueles ordenar mucho la habitación de mi hermana? - Oh mierda.
- Bueno me gusta mantener cuidadas mis habitaciones. - Contestó Ryan.
- Oh, así que tienes más de una habitación.
- No, con la que tengo me sobra, es perfecta.
Me había perdido con tantas metáforas.
- Mejor, porque sino el dueño de la habitación podría darte una buena patada en el culo.
- Me encantaría ver cómo lo intenta.
- ¡Dejaros de metáforas y comeros los crêpes! - El grito de mi madre retumbó en la cocina, interrumpiendo la discusión-nodiscusión de Ryan y Aiden.
Nos comimos los crêpes en silencio y me levanté, dirigiéndome al salón.
Por el camino me topé con un cuerpo, golpeándome contra su pecho.
- Joder. - Murmuré levantando mi vista.
Sus ojos verdes se quedaron fijos en los míos, me alejé un poco por la cercanía.
- Lo siento. - Dijo sin más, preparado para irse.
Lo cogí del brazo.
- Dime ya que diablos te pasa, eres peor que una mujer con la regla.
Me cogió fuertemente del brazo, arrastrándome hasta el jardín.
- ¿¡Que diablos te pasa?! - Me quejé enfadada, el muy idiota me había echo daño.
- Te engaña, te abandona, ¿y vuelves con él? - Soltó todo lo que llevaba guardado.
- Él me quiere James.
- ¿Te quiere? Él no te quiere. Yo sí.
Y juntó bruscamente sus labios con los míos, dejándome anonadada.
James me estaba besando y yo ni siquiera estaba en este mundo.
- ¿¡ Es una puta broma ?! - El grito de Ryan resonó en mis oídos.
Oh mierda.
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Muchas se quejaron de que me salté la primera vez de Ryan y Sophie, así que ahí la tenéis🙄
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Sangre [SANGRE & ACERO #1]
Vampire~1er libro de la trilogía "Sangre & Acero."~ Sophie Parker vive en Alaska una vida normal, junto con su hermano Aiden y su madre, aunque su tranquilidad no durará demasiado. Su vida se verá alterada de un día para otro, conociendo un oscuro secreto...