Capítulo 30 - Demasiado bueno para ser verdad.

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Levanté la cabeza una vez más, para comprobar que no estaba soñando.

Sus ojos se encontraron con los míos de nuevo, dándome una sensación que ni yo misma puedo explicar.

Mis piernas flaqueaban, mis pulsaciones se disparaban y mi cabeza daba vueltas.

Me coloqué mejor, quedando encima de él en el pequeño sofá, junto al fuego.

- ¿Que vas a hacer ahora? - Me susurró, rompiendo el silencio.

- Huir. Huyamos juntos.

- Sé que quieres vengar a tu padre, no puedes huir.

- Lo haré por mi cuenta, no necesito ser cazadora.

- No, lo haremos, juntos. - Sentenció besándome la frente, dándome una sensación de protección la cuál extrañaba.

- ¿Dónde están los demás? - Pregunté

- Jayce vio en una visión que vendrías, se fueron por la mañana.

Asentí, dándome cuenta de que por un momento, he sido su enemiga.

- ¿Por qué no me explicaste todo? ¿Por que no me contaste el motivo de abandonarme, en vez hacerme sentir así? - No iba a mentir, seguía dolida, por dejarme así.

- Me buscarías, necesitaba que me odiases. Créeme lo he pasado igual o peor que tu.

Me levantó la cabeza, haciendo que lo mirara.

- Cada puto segundo he pensado en ti, he obligado a Grayson a intentar leerte la mente para ver que pensabas, pero estabas demasiado lejos. Todo esto me estaba matando, yo ... hacía tiempo que no lo pasaba tan mal.

Sus ojos, fijos en los míos expresaban miles de emociones, demasiadas para tratarse de Ryan.

Acaricié su cara, acercándolo a mí para poder saborear sus labios una vez más.

Se puede decir que soy adicta, adicta a la droga más poderosa que puede existir en la tierra, y se llama Ryan Price.

- Pero bueno que momento más romántico. - Una voz nos interrumpió y me levanté, yendo a coger la pistola rápidamente.

- Yo de ti no lo haría. - Escuché el sonido de una pistola cargada, y me paré al instante, girando la mirada hacia él.

3 hombres de unos 30 años nos apuntaban con armas.

Me fijé en su blanca piel y sus expresivos ojos.

Vampiros.

Me giré a ver a Ryan, quien se encontraba en shock.

- Tú. - Espetó con odio.

- Ryan, ¡viejo amigo! Cuánto tiempo.

Ryan se levantó, poniéndose delante mía rápidamente.

- Haz otro movimiento brusco y la cabeza de tu novia volando por los aires es lo último que verás.

Noté cómo el cuerpo de Ryan, delante mía, se tensaba, y en como sus músculos se notaban más de lo normal.

- Adams quiere veros. - Soltó cómo si nada.

Aparté a Ryan un poco, para poder verlos mejor.

Metí mi mano en el pantalón sacando el pequeño cuchillo de plata.

La figura de Adams apareció entre ellos, haciéndome temblar de rabia.

Coloqué el cuchillo entre mis dedos sin que se dieran cuenta, y aparté a Ryan del todo, quedando así a mi lado.

- Sophie, cuánto tiempo. - Su voz me causó arcadas y su mirada, me recordaba al día en el que asesinó a mi padre, delante de todos.

- Te veré en el infierno. - Contesté, haciendo volar mi cuchillo a su pecho.

Aunque nunca llegó, lo atrapó en el aire, cómo si de una mariposa se tratara.

- En otra ocasión, quizás.

Hizo una seña con las manos, provocando que sus guardias cambiaran de arma, disparando contra Ryan, vi cómo su cuerpo caía al suelo, viendo dos pequeñas agujas clavadas en su cuerpo.

- Así estará tranquilo por un rato. Nos vemos pronto, Sophie. - Y dispararon contra mí, provocando el mismo efecto.

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PUNTO DE VISTA DE JAMES

Volví a abrir su conversación, me ha dejado en visto.

Mi mente sólo podía pensar en las miles y miles de tonterías que podría estar haciendo Sophie, y en los miles y miles de problemas que podría tener ahora mismo.

Golpeé el volante, preguntándole a su madre si ya había vuelto.

A los 5 minutos me llegó un mensaje.

"No, me dijo que volvería mañana cómo muy tarde"

Maldecí, saliendo del coche.

¿Dónde podría estar?

Me dirigí a la recepcionista, fingiendo una sonrisa.

- Podrías hacerme .. ¿un favor? - Pregunté guiñándole un ojo.

- El que quieras James - Se apoyó en el escritorio, dándome una imagen perfecta de sus pechos.

- Necesito saber si Sophie Parker tiene alguna misión para hoy.

La sonrisa se borró de su cara, creo que se esperaba otro tipo de favor.

- Déjame mirar. - Volvió a su posición normal, tecleando algo en el ordenador.

- No, no tenía ninguna, aunque quizás está en alguna especie de recado.

- ¿Recado? ¿A que te refieres?

- Ayer entró a ver al presidente, quizás le envió a algo.

- ¿Dónde está el presidente?

- En su despacho, aunque está reunido ... ¡Oye! - Entré como una bala a su despacho, encontrándomelo con un equipo.

- James ... querías algo?

- Hablar contigo. - Contesté serio.

- Será en otra ocasión, ahora no ...

- Ahora. - Le interrumpí.

Se lo pensó por unos segundos, para después pedirles a los presentes unos minutos.

- ¿¡Quién te crees que eres para interrumpirme de esta manera?!

- ¿Dónde está Sophie? -Fuí al grano.

- ¿Sophie?

- No te hagas el tonto, ayer entró a este despacho.

- No sé de que me estás hablando.

- ¿Te apetece que la agencia entera se entere que mandas a "encargos personales" a cazadoras de 17 años?

- Pronto cumplirá 18. - Soltó como si nada. - Está bien, está en una caza. - Se rindió al ver mi expresión.

- ¿Caza? ¿Que caza?

- Un vampiro, de que va a ser.

- ¡SU NOMBRE! - Grité cansado.

- Ryan, Ryan Price.

Abrí los ojos por la sorpresa.

- No sabes lo que has echo, cómo le pase algo a Sophie ...

- ¿Me estás amenazando? - Me preguntó levantándose de su asiento.

- Sí, te estoy amenazando. - Contesté para salir de allí rápidamente.

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Aquí la segunda parte del capítulo de ayer!

Sangre [SANGRE & ACERO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora