EDITADO.
[Libro #1 de la saga "About Werewolves and Witches"]
Scott y Meredith McCall eran adolescentes normales, acostumbrados a la aburrida cotidianidad ofrecida por su ciudad natal, Beacon Hills. Pero todo cambió la noche en que uno de ellos...
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|| Mejores amigas por siempre.
Estoy por decirle a Isaac que mejor vayamos a otra parte cuando la vida vuelve a jugar en mi contra y la chica más exasperante se percata de mi presencia al mirar por encima de su hombro. Rayos, ni siquiera es nuestro turno en la fila para ordenar, para ello falta que atiendas a las dos personas que tenemos delante.
—¿Meredith?
Trato de reprimir la mueca de incomodidad que lucha por formarse en mi rostro, pero cuando le doy la cara me es imposible sonreírle con hipocresía.
—Lydia —pronuncio casi entre dientes.
Ella se aleja del mostrador, trae un recibo en la mano por lo que adivino ya hizo su orden, y camina hasta nosotros.
Mis ojos se posan en Isaac por un segundo, él también me mira y enarca las cejas. Mi fuero interno se pregunta si acaso esta cita podría empeorar aún más.
—Jamás creí decir esto, pero te ves sensacional en ese vestido —señala Lydia al pararse delante de mí, ignorando por completo a mi cita—. ¿Dónde lo compraste?
—Yo, er, no lo sé. En realidad, es de mi mamá —titubeo. Nunca imaginé que llegaría el día en que Lydia Martin elogiara mi vestimenta.
La fila avanza en lo que ella me escanea de pies a cabeza, con una mano en la cintra y la otra en su mentón. Me siento intimidada, cohibida, no me gusta que me observen tan fijo, mucho menos con tanta falta de disimulo. Isaac se adelanta hacia el mostrador, pues ya es nuestro turno.
—Es lindo para ser parte del vestuario de una madre —masculla—. Me agrada su estilo, aunque yo lo habría usado con unos zapatos negros de tacón y de tiras.
—¿Gracias? —suelto un tanto confundida. Esta situación es tan extraña.
—¿Y quién es él? —me pregunta, sus ojos verdosos posándose de pronto en el chico de cabello rizado y rubio que nos da la espalda.
