EDITADO.
[Libro #1 de la saga "About Werewolves and Witches"]
Scott y Meredith McCall eran adolescentes normales, acostumbrados a la aburrida cotidianidad ofrecida por su ciudad natal, Beacon Hills. Pero todo cambió la noche en que uno de ellos...
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|| Formalidad.
Stiles.
Estoy en la habitación de mi mejor amigo, sentado en su silla de escritorio con los brazos apoyados en el respaldo (que se encuentra delante de mí porque no estoy usando la silla como la gente normal lo hace) mientras veo a Scott ir y venir de un lado a otro.
—Llama otra vez —me pide por enésima ocasión, agachándose junto a su cama para volver a buscar debajo de esta su teléfono celular.
—No está aquí —le digo, también por enésima ocasión. Su frustración y su desesperación ya se me han contagiado, más que nada porque tenemos dos horas sin salir del mismo tema—. Perdiste tu teléfono, ¿por qué no compras uno nuevo? —sugiero, extendiendo los brazos y enarcando las cejas.
—No tengo dinero para comprar un teléfono nuevo —expone, yendo a tirarse al suelo al otro lado de su cama—. Y no puedo hacer esto solo. Tenemos que encontrar a Derek.
—Okay, primero que nada, no estás solo —refuto, un tanto ofendido—, nos tienes a Mer y a mí —le recuerdo, viéndolo caminar hacia su baño—. En segunda, ¿no dijiste que caminó directo al tiroteo? Eso me suena a que está muy muerto —enuncio sincero. Alguien aquí tiene que usar la lógica.
—El plan de los Argent era usarlo para atrapar al alfa. No van a matarlo —me dice.
De pronto veo varias prendas de ropa volando del interior del baño a la cama.
—Muy bien, entonces déjalos que sigan con su plan, ¿sabes? Si usan a Derek para llegar a Peter, ¡problema resuelto! —opino. Si Meredith estuviera aquí, estoy cien por ciento seguro de que me apoyaría.
—No si Peter va tras Allison para encontrar a Derek. No puedo protegerla yo solo —rechista Scott en un quejido, saliendo del baño con una mueca dibujada en su cara—. Lo que significa que debemos encontrar a Derek primero.
Yo viro los ojos, ¿por qué esta chica con la que apenas salió durante mes y medio está tan arriba en su lista de prioridades? Digo, uno pensaría que su hermana o su madre deberían ocupar ese lugar, en cambio parece que tanto ellas como yo estamos varios puestos abajo. Me atrevo a decir que ni siquiera entramos en su top diez.
