XXVII. Amistades con beneficios.

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|| Amistades con beneficios

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En el trayecto hacia mi casa, Stiles le cuenta a mi hermano los eventos de esta tarde, evitando de manera olímpica la parte en la que babee por Derek y él me cubrió la cabeza con su camisa. Está de sobra decir que Scott se molesta un poco porque no le informamos al respecto (del supuesto remitente de los mensajes) ni acerca de lo que íbamos a hacer cuando hablaron por teléfono.

Me quejo cuando golpea en el hombro a Stiles, no se me hace justo que dos hombres lobo estén atacándolo sin razón en el mismo día, pero eso me gana una mirada de alerta de parte de Scott, así que mejor cierro la boca y desconecto mi atención de ellos.

Cuando llegamos a la casa, Scott me hace entrar mientras que él se queda afuera con su amigo media hora más. No voy a mentir diciendo que me voy directo a mi habitación, porque las piernas se me duermen espiándolos por la ventana de la sala; supongo que los viejos hábitos nunca mueren, tal como lo es el morderme las uñas cuando me siento ansiosa.

Para el momento en que la puerta principal se abre, yo me dejo caer en el sofá individual, pretendiendo estar de viciosa en el celular.

—Sé que estabas espiándonos —revela Scott, empezando a subir las escaleras.

Sabiendo que no hay manera en el infierno de darle la contra y salir victoriosa, me levanto del sofá y lo sigo al piso superior.

—Entonces no te molestará decirme de qué tanto hablaban —enuncio, él me mira por encima del hombro con una ceja enarcada—. A diferencia de ti, yo no tengo un súper oído —le recuerdo.

Él suspira a la par en que cruza el umbral de su recámara, dejando caer su mochila deportiva y su palo de lacrosse en el suelo antes de ir a derrumbarse en su cama. Lo sigo y me recuesto a su lado, bocarriba, observando una mancha marrón en el techo con forma de panqué.

Creo que debería cenar algo antes de irme a dormir.

—Hablábamos de Jackson —finalmente me dice.

About Werewolves and Witches | Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora