EDITADO.
[Libro #1 de la saga "About Werewolves and Witches"]
Scott y Meredith McCall eran adolescentes normales, acostumbrados a la aburrida cotidianidad ofrecida por su ciudad natal, Beacon Hills. Pero todo cambió la noche en que uno de ellos...
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|| Quebrantador de códigos.
Conduzco siguiendo las indicaciones que Peter me dio para llegar a un estacionamiento en el centro de la ciudad y aunque no rechisto, me gustaría poder darle un golpe tan fuerte que lo desnucara. Pero como soy un simple humano de sesenta y siete kilos, lo único que puedo hacer es imaginar todo lo que me gustaría hacerle para vengarme por lo que le hizo a Meredith.
Cielos, espero que Jackson en verdad haya ido a socorrerla.
—No te sientas mal —me dice el alfa después de un largo rato en silencio—. Si sobrevive, será una mujer lobo. Será muy poderosa. —Mis nudillos casi se tornan blancos por la fuerza con la que aprieto el volante ante sus palabras de "aliento"—. Ella y Scott podrán seguir juntos al formar parte de mi manada. Incluso serán más unidos de lo que ya son.
—Sí, y una vez al mes perderá la cabeza y tratará de despedazarme —farfullo, sin desviar la mirada del camino.
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—Bueno, considerando que es una mujer, dos veces al mes —comenta casual.
Poso la mirada en él, incrédulo, sin poder evitar que mi boca se abra en sorpresa. Eso es peor, mucho peor de lo que imaginé. Tragando en seco, me obligo a devolver mi atención al camino antes de que acabe estrellándonos, lo cual sería bueno solo si él muriera en el acto, pero supongo que saldría ileso.
Mi fuero interno ruega que, al igual que Lydia, Meredith no muera ni se convierta en una mujer lobo pues de lo contrario cada mes me encontraré tratando de evitar que ella y mi mejor amigo me asesinen.
Varios minutos más tarde, estoy girando el volante para adentrarnos en la parte subterránea del edificio de estacionamiento de paga, estacionándome justo donde él me indica.
Peter se baja incluso antes de que apague el motor, yo lo imito en cuanto saco la llave de la ignición y antes de que pueda terminar de cerrar la puerta él ya está jalándome por el hombro para obligarme a caminar hacia un coche del año aparcado a tres lugares de mi Jeep.
