EDITADO.
[Libro #1 de la saga "About Werewolves and Witches"]
Scott y Meredith McCall eran adolescentes normales, acostumbrados a la aburrida cotidianidad ofrecida por su ciudad natal, Beacon Hills. Pero todo cambió la noche en que uno de ellos...
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|| Rescatando a Isaac.
En algún punto de nuestro trayecto hacia la comisaría Stiles tiene que orillarse para que Derek sexy Hale pueda unírsenos (justo después de aparecer de la nada frente a nosotros, casi logrando que lo atropelláramos), despojándome de mi lugar como copiloto al mandarme a los asientos traseros.
La última vez que vi o estuve en el mismo espacio-barra-lugar que Derek, fue la noche que descubrimos que su loco, asesino tío era el alfa y, honestamente, desde que se subió al vehículo me encuentro incapaz de quitarle los ojos de encima. Es como si él fuera un metal y mis ojos un imán, sintiéndose inevitablemente atraídos hacia su persona; le echo la culpa a mi perfecta memoria fotográfica, que recuerda con lujo de detalle como lucen esos pectorales que oculta bajo la vieja chaqueta de cuero, por lo alborotadas que mis hormonas puedan estar en estos momentos. También culpo a mi periodo, porque, bueno... de alguna forma debe de estar involucrado en este asunto.
—De acuerdo —la voz de Stiles me hace parpadear y también percatarme de que ya no estamos moviéndonos. Se me escapa una sonrisa cuando Derek voltea a verlo, apreciando el bonito brillo en sus ojos—. Las llaves de todas las celdas están en una caja fuerte protegida con contraseña en la oficina de mi padre. El problema es cómo pasar a la oficial en la recepción.
Ante las palabras de Stiles, me insto a dejar de observar al atractivo hombre lobo para prestar atención a cualquiera que sea el plan para rescatar a Isaac.
—Yo la distraeré —decreta Derek con seriedad, intentando bajar del jeep.
Digo intentando porque Stiles lo sostiene del hombro, evitando incluso que abra la puerta.
—Hey, oye. ¿Tú? Tú no vas a entrar ahí —le dice, luego, cuando nota que Derek baja la mirada hacia la mano en su hombro, disgustado, añade—: Estoy quitando mi mano.