Capítulo 18.

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Jungkook ya había llegado a su casa. Después de pasar más de una semana dibujando cada centímetro del cuerpo de In Guk, su mente tenía ganas de Taehyung.

Buscó en su cajón y agarró el boxer que le había robado al mayor aquella noche. Lo tiró sobre su cama y lo miró descuidado. Iba a salir esta noche. Quería verlo. Pero un par de toques en su puerta lo sacaron de sus pensamientos.

- Jungkook, soy yo, voy a entrar.- era su hermano mayor, quien se comportaba como su madre desde que esta falleció. Aunque él lo consideraba de esa forma, realmente.

A veces le pasaba que en vez de llamarlo Jin acababa llamándolo mamá. Y al mayor parecía no importarle.- Tengo la colada, y por cierto... ¿Qué tal lo pasaste la otra noche?- dijo dejándola en la cama.

- Guay... voy a salir hoy también.- y se metió en su ropero para buscar algo que le gustara.
- Últimamente pasas mucho tiempo con So Min... ¿y tus otros amigos?- una prenda de ropa le cayó en la cara. Jungkook salió del armario(jaJÁ, ¿lo pillaron?¿no? Bueno ya me marcho) con una camiseta negra y unos vaqueros ceñidos a la cintura.

- Qué más da.- "¿Qué otros amigos?" Si se estaba refiriendo a los chicos del instituto, estaba equivocado.

- De toda la ropa que tienes y te pones la que más pequeña te está.
- De eso trata.- respondió sin más.
Jungkook agarró su chaqueta vaquera junto a su móvil y cartera y se ató una camisa tartán rojo a la cadera para después abrir la puerta de su habitación mientras se ponía un gorro gris.

- ¿Necesitas que te lleve?
- Me han prestado un coche.- se dispuso a salir.
- Jungkook.- él se giró molesto.- ¿No te olvidas de algo?- rodó los ojos y se acercó para darle un beso en la mejilla.

Bufó molesto y se fue corriendo. Que su hermano actuara como su madre, a ciertas maneras, a veces le molestaba bastante.

Jin se dio la vuelta un tanto cansado y empezó a colocar la ropa limpia. Cogiendo diversas prendas y entre ellas, encontró los boxers.

Y aunque esa pregunta que se hacía una y otra vez le preocupaba demasiado, decidió sacarse aquellas ideas de la cabeza. Seguro que no es así, o al menos eso quería creer. Pero aún así...

"¿De quién son estos boxers?"

( * * * * *)

- ¿¡Un millón?!- preguntó enfadado Taehyung sin poder creerselo.
- Tae, sé que es mucho, pero necesitamos ese seguro de vida.- le intentó calmar Hye Sun.
- Vamos amigo, solo es en caso de que te pasara algo.

- ¿¡Que me pasara algo!?¿Cómo qué?¿Como que me atropelle un tren mientras voy "casualmente" por las vías?¿Como que me arrollara un autobús cuando soy "accidentalmente" empujado a la carretera? Ya me imagino cuantas muertes cada vez más desquiciadas habréis pensado para mi.

- O que te enfermes, por ejemplo.- le calló Jackson. Taehyung se quedó pensando.- Con la vida que llevas.

- No tengo nada.- bufó el castaño.
- ¿Hace cuanto que te hiciste la prueba?- preguntó Hye Sun.
- Hace seis meses...- la pareja lo miró expectante.- y dio negativo.
- Taehyung, es importante que hagas esto...

- Lo sé Sunie, pero...- se masajeó las sienes, pensando.

En realidad el dinero no era un porblema, tenía de sobra, pero era algo, o un tanto quizás, egoísta, sí, lo admitía.- Es mucho dinero...- la pareja decidió no decir nada, Taehyung estaba estresado, ellos lo sabían.- Vale. Lo pagaré. Ahora... necesito irme.- y salió de la casa de los recién casados pegando un portazo.

Necesitaba desahogarse, y en esos momentos solo había una cosa que le podía ayudar.

Internet.

( * * * * * )

Ya era de noche. Las farolas iluminaban la calle y los relojes marcaban alrededor de las diez y media.

- ¿Debería invitar a mi prima Ritha?
- ¿Quién?- preguntó Hye Sun confundida.

- Ya sabes, la de orejas saltonas que nunca aceptó lo nuestro.
- Aún sigo sin saber el por qué.
- Ella decía que porque eres mayor que yo, eres de familia japonesa... esa chica.

- Ah. Invitala si quieres, de todas maneras no vendrá.- el rubio sonrió y el silencio reinó la habitación. - ¿Tú crees que hemos sido demasiado duros con él?

- ¿A qué te refieres?
- A Taehyung.- Jackson suspiró y la miró frotándose los ojos.
- Recuerda que fue él el que dijo que se encargaría de todo eso.- el rubio se metió en la cama matrimonial mirando a Hye Sun.

- Ya pero aún así...
- Y le dijimos que sería mucho dinero.- ella asintió, mirando a Hiroki.

Jackson la observó. Hye Sun estaba dándole el pecho al pequeño bebé sentada en la mecera de al lado de la cama. Se sonrojó y sonrió.

- ¿Te pasa algo, cariño?- dijo ella después de un largo silencio. Él negó cerrando los ojos y la miró de nuevo.

- ¿Sabes? Cuando era pequeño, siempre que veía a una mujer dando el pecho, pensaba "Ew, que asco."... pero ahora que te veo hacerlo a ti, me parece lo más tierno del mundo.- ella sonrió.

- No te imaginas lo conectada que te sientes...- la castaña separó al bebé con cuidado y lo dejó en la cuna.

Fue andando a pasos lentos y se recostó en la cama junto al rubio. Este la miró a los ojos, la besó y palpó un de sus senos.
- Se notan tan llenos...- decía maravillado.

Todo aquello de la maternidad había sido un tema aparte en su vida. Hasta ahora. Sin quitar la vista de su pecho, con total suavidad empezó a bajar uno de los tirantes del pijama de seda de la mayor, dejándolo al descubierto.

Empezó a lamer el pezón y a agarrarlo con los dientes, provocando la risa de Hye Sun. La miró una vez más y le subió el pijama.

- Querido...- suspiró feliz.
- Supongo que de momento solo podemos llegar hasta aquí.- ella rió de nuevo ante el comentario.

Y el rubio pudo jurar que su risa era la melodía más perciosa en la vida. Ahora solo deseaba poder escuchar pronto la risa de su hijo junto a la de su madre.

La risa del pequeño Hiro.






VALE. LO SUBO AHORA. PORQUE PUEDO.

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