Capítulo 34.

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- Bueno, pues... Aquí es.- respondió tímido.

NamJoon abrió la puerta de un muy pequeño apartamento. Parecía de alquiler a cualquier ojo, pero el mayor era muy ordenado y pulcro, nada más.

- Es... Bonito.- logró decir Xiumin al entrar.- ¿Puedo ir al baño?
- Claro, primera puerta a la izquierda.

NamJoon se estaba poniendo nervioso. Hacía mucho (muchísimo) que no llevaba a nadie a casa.

En cuanto el rubio cerró la puerta, empezó a hiperventilar.

Se desabrochó la camisa, tres botones. No, muy atrevido; mejor solo uno, no, no, muy patético. ¿Qué tal si ponía música? Sí, buena idea. Clásica, mejor no, muy anticuada, aunque le gustara; pop, ¿qué eran, adolescentes? No.

Sus nervios seguían y él se desesperaba. Xiumin salió del baño y NamJoon se secó el sudor de las manos sobre los pantalones.

Pero todo se paró cuando lo observó con una bolsita de contenido blanco vidrioso extendida a él. NamJoon lo miró a los ojos y el rubio sonrió.

- ¿Quieres?

× × ×

Hoseok subía y bajaba las escaleras. Entraba y salía de las habitaciones, y aún así, no encontraba al pequeño tailandés.

Estaba a punto de rendirse hasta que divisó una cabellera azul con una chaqueta plateada. Estuvo por llorar de felicidad y andó rápidamente hacia él.

- ¿¡Dónde estabas!? ¡Te he estado buscando por todos lados!- le agarró el brazo y lo giró.- Vamos a casa.

El pequeño se zafó de su agarre y lo miró enfadado.
- ¡Ngein!- le chilló mostrandole un fajo de billetes.

Hoseok lo miró confundido. Vio como besaba los papeles y después la frente del hombre mayor en el que estaba sentado.

Y entonces Hoseok lo entendió. Era un prostituto. Y él un idiota.

× × ×

Ya era de madrugada, y la paz reinaba en la casa de la nueva familia. El silencio se interrumpió por el sonido del teléfono fijo sonando con su característico timbre.

- ¿Sí?- preguntó Jackson medio dormido.
- ¿¡Cómo se dice putón chupapollas en tailandés!?- se oyó a Hoseok realmente enfadado al otro lado de la línea y luego colgó.

El rubio suspiró y dejó el teléfono en la mesilla y encendió la lámpara de noche. Se incorporó y vio a Hye Sun con el pequeño Hiroki en brazos.

Abrió bien los ojos y se giró para verla bien.
- ¿Quién era?
- Hoseok. Ya ha descubierto que significa ngein.
- Pobrecito.- rió ella.

Jackson se frotó los ojos y se revolvió el pelo.
- ¿Te he despertado?
- No, ya estaba despierta...- el rubio asintió.

- Oye, perdona por lo de esta tarde. No debería haberte gritado.- dijo después de un rato en silencio.

- No, es mi culpa, debí dejar que el rabino continuara.- Hye Sun miró de reojo al rubio, sin querer mirarle directamente a los ojos.

Todavía se sentía culpable.

Y Jackson se dio cuenta de aquello.
- Sun.- la llamó. Ella asintió.- Hye Sun, mírame.

La castaña lo miró con los ojos vidriosos, mordiéndose el labio inferior intentando parar el pequeño tembleque que tenía sobre este.

Jackson abrió mucho los ojos y algo en él se rompió. Quizá su corazón, pues había dañado a la persona que más amaba, después de su hijo, en el mundo.

Agarró su rostro y la besó. Delicadamente, sin dejar de acariciar su mejilla.

- Te amo.- un sollozo se escuchó y el rubio notó como su pulgar se humedecía.

La amaba demasiado, y ella a él también. Y Hye Sun estaba llorando por haberle hecho daño. Y él también.

× × ×

- Eh...- balbuceaba el pelirrosa.
- ¡Vamos! Solo es un poco de cristal*.- Xiumin parecía despreocupado, y joven.

No quería verse viejo.
- Está bien.- dijo seguro, aunque la verdad es que no lo estaba. Para nada.

Xiumin colocó un poco de aquella sustancia sobre el lateral de su dedo índice y aspiro. Indicó a NamJoon que hiciera lo mismo y sonrió.
- Aspira.

- ¿Esto es peligroso?- el rubio negó y NamJoon lo hizo tal y como le había dicho.

- Al menos no la mayoría.

NamJoon se atragantó al escucharlo y el polvo se deslizó hasta sus pulmones. Empezó a toser y notó como empezaba a ver borroso.

Y él no lo sabía, pero sus pupilas se dilataban a una velocidad demasiado alta y espuma salía de las comisuras de sus labios.

- ¡NamJoon!¡NamJoon despierta, por favor!- le suplicaba Xiumin al cuerpo en el suelo.

Sus ojos se encontraban abiertos, pero su mente estaba totalmente apagada. Espasmos movían su cuerpo, y el rubio se asustaba cada vez más.- Joder...

Xiumin agarró la pequeña bolsita del suelo y salió cerrando la puerta del apartamento.

Dejando a NamJoon, inconsciente, tirado en el suelo.



*Una de las drogas del tipo de las metanfetaminas.

YeeEehuehji. A lo mejor actualizo en un rato. O mañana. O no sé 👀. Resulta que mi padre está en el hospital, yo estoy con él, así que tengo mucho tiempo libre. Es por eso que no sé. Y no odien a Xiumin pls que yo lo amo ♡

Ale. Nat se va. Budabwabwa.

Cold Hands Donde viven las historias. Descúbrelo ahora