Capítulo 35.

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Por la mañana, Taehyung, Jimin y Hoseok bebían su café matutino.
- Después, me ató las manos y me tiró a la cama.- contaba Hoseok.- ¿Y adivináis que me dijo?

- ¿Que te quitaras los pantalones?- preguntó Taehyung aburrido mientras que removía con pereza su café.

- Que tenía prisa porque por la mañana ¡tenía que enterrar a una pareja!- Jimin se asustó y dió un saltito.

- ¿Te fuiste a casa con un... sepulturero?- finalizó el castaño, dejando a Jimin soltar todo el aire retenido en sus pulmones.

- ¿Y tú, Tae?- preguntó el recién calmado.- ¿Qué hiciste anoche?

El moreno miró a la nada, pensando.

Pocas cosas recordaba después de haberse metido aquel chute de lo que sea lo que le dió aquel tío de hace dos noches.

Ni como había acabado en aquella situación ni como él mismo había accedido.

Pero lo que sí que recordaba era a Jungkook tumbado en su cama, mordiéndose los labios, y a su propia polla con unas ganas de follárselo increíbles.

También la espalda del menor arqueada sobre la mesa del salón mientras que gritaba su nombre.

Y un montón de cosas culpables de sus agujetas, pero no le hacía falta pensar mucho más.

Volvió en sí y agarró su taza.

- Me fui a dormir pronto.- bajó su mirada sorbiendo el café y se recostó en el asiento, sintiendo el dolor de los arañazos en su espalda.

- Seguro.- asintió Hoseok compartiendo miradas complices con Jimin mientras reían.

El mayor rodó los ojos.

- ¡Eh!- les gritó Si Yeon llamando su atención desde la barra de la cafetería.- Deberíais de ir a ver a NamJoon.- les dijo enfadada.

Los tres se miraron entre sí, incómodos, y en cierto modo, culpables.


× × ×

- Perdone.- le dijo Jimin a la enfermera de recepción. Esta le miró cansada, con grandes ojeras.

- ¿Desea algo?
- Sí. Venimos a ver a un paciente.
- ¿Nombre?- dijo ella empezando a teclear en el viejo teclado.
- Kim NamJoon.- ella miró la pantalla buscando y asintió.

- ¿Son familiares?
- Amigos.- dijo mirando a los otros dos.- Buenos amigos.
- Necesita reposo debido al coma, pero pueden ver como está.

Jimin asintió.

Después de caminar por los solitarios pasillos, llegaron a la ventana de la habitación de NamJoon.

Se veía lamentable, su piel que normalmente estaba bronceada, ahora lucía palidez.

Se notaba débil, y su pecho subía y bajaba a un ritmo lento y tranquilo asistida por una pequeña tubería conectada a su mascarilla.

- Madre mía...- dijo Hoseok.- Se ve horrible.
- Ya, bueno, él se lo ha buscado.- resopló Taehyung mirando su reloj de muñeca.

- ¡Taehyung!- lo riñó Jimin.- ¿¡No podrías tener algo de respeto!?¡Podríamos haber sido nosotros!

- No.- lo miró a los ojos.- No podríamos porque nosotros sabemos lo que hacemos. Sabemos que no tenemos que aceptar drogas de rubitos jóvenes y guapos que te dicen que es buena mierda. Porque es lo que dicen todos. Y NamJoon tampoco sabía que solo tienes que aceptarlas de tus amigos, porque son los únicos que se preocupan por ti.

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