Capítulo 39.

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Llegaron a la calle iluminada por las farolas anaranjadas y los aspersores encendidos sobre el húmedo césped.

Era tarde, y muchos de los vecinos ya estarían durmiendo.

Jimin aparcó el coche frente a la bonita casa y Si Yeon salió del coche junto a Jungkook.

El castaño observó el lugar. Bonito, pero incómodo.
- Venga vamos.- le dijo su madre haciendo señas para que bajara.
- ¿Yo también?- la mujer asintió y Jimin bufó.

Bajó del coche y andó hasta la puerta junto a ella.

Jungkook se escondió parcialmente tras la entrada del garaje mirando la puerta principal un poco asustado.
¿Y si se lo había dicho a su padre?

Si Yeon suspiró y tocó el timbre, haciendo sonar una melodía.

Sonrió y miró a Jimin.
- ¡Escucha, escucha!- este rodó los ojos cansado. Quería llegar a casa de una vez por todas, Dios.

Un joven abrió la puerta preocupado después de unos segundos y los miró extrañado.
- ¿Sí?- preguntó.
- ¿Eres SeokJin?- el moreno asintió.- Buenas noches, soy Si Yeon, hemos hablado antes por teléfono.- Jin se inclinó buscando a Jungkook con la mirada.- Quiero que sepas que- pero Si Yeon fue interrumpida por el empujón que Jungkook le dió a Jin con su hombro adentrandose en la casa.

Jin miró al suelo apenado y se inclinó de nuevo.
-Lo siento mucho, él no suele ser así...
- Quiero que sepas que tienes todo mi apoyo y que si alguna vez necesitas hablar... No dudes en venir a verme.

El castaño sonrió ligeramente y soltó todo el aire de sus pulmones, relajado por fin en toda la noche.
- ¿¡Quién es!?- se oyó una grave voz desde el interior de la casa.

Seok los miró un momento y luego giró la cabeza hacia dentro.
- ¡Nadie papá!- contestó bajando la mirada avergonzado, era increíble lo que acaba de hacer.

Si Yeon lo miró y se aclaró la garganta mostrándose comorensiva.
- Mire.- dijo ella.- Este es Jimin, mi hijo gay.
- ¡Mamá!- bufó de nuevo Jimin molesto. ¿Cuántas veces había bufado ya en todo el día?

Jin agachó la cabeza saludando y Jimin imitó el gesto, mostrando respeto.
- Toma. Si necesitas cualquier cosa estoy en la cafetería Liberty, de la avenida Liberty.- dijo ella teniéndole una tarjeta.

Jin sonrió agradecido.
- ¡Seok!- gritó de nuevo aquella voz.
- Tengo que irme.
- Y trata bien a Jungkook. Es un buen chico.

El castaño bajó la mirada y sonrió.
- Lo sé.- dijo antes de cerrar la puerta.

Después de un suspiro de parte de Si Yeon, Jimin se giró y empezó a caminar con su madre a paso lento, tranquilo al saber que todo ese embrollo ya había pasado.
- ¿Has visto que barrio tan bonito?- sonrió la mujer.
- ¿Por qué le has dicho eso?
- ¿El qué?- preguntó sorprendida.
- Lo de que soy gay, no hacia falta que se lo contaras.
- Porque es lo que eres, y estoy orgullosa de ti.

Si Yeon hizo un puchero y se acomodó su viejo abrigo.
- Sigues teniendo el viejo abrigo que te compró papá, ¿cuándo te comprarás uno nuevo?
- Me lo comprarás tú cuando seas un hombre exitoso.

Jimin rió sarcástico.
- Pues tendrás que esperar desde la tumba.- Si Yeon paró y le propinó un golpe en el brazo.- ¡Ay! ¿¡Por qué has hecho eso!?- la miró molesto.
- ¡No digas eso jamás!¡Nunca olvides quién eres y cuánto vales!

Jimin bajó la mirada acariciando la zona dañada.- ¡Estoy orgullosa de ti, y tú deberías estarlo de ti mismo!

"Mamá..."

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