South Park "Eres mío, Ángel" [Crenny]

VII

Del siguiente lunes al siguiente domingo todo surgió normal. Y a pesar de que en ningún momento volví a ver a Kenny, pensé que su pie había empeorado, porque sus dos hermanos seguían ahí, solos. De vez en cuando les dejaba uno que otro billete, pero mi alegría no se completaba.

El primer lunes de clases me alisté. Unos tejanos negros con una camiseta de tirantes y encima un abrigo azul marino con mi respectivo gorro del mismo color me acompañaron esa mañana.

Estacioné el Mercedes en el aparcamiento del colegio. Bajé del auto con mala gana y me dirigí hacia la puerta del copiloto. Rebecca bajó de éste y sin tan siquiera decirme un gracias se dirigió con su típico grupo de amigas de la primaria. Rodé los ojos. «Hija de puta.»

Me acerqué a mi respectivo grupo, el cual conversaba agradablemente en el frente de la puerta principal.

—Hola —me limité a decirles, colgando mi mochila en uno de mis hombros. Al estilo Craig Tucker, qué va.

Tres de ellos saludaron, y Jimmy Balmer me miró con recelo.

—¿Qué pasa, Jimmy? —le pregunté, con el típico tono monótono e indiferente que identificaba mi voz. Con el que hablaba con todo el mundo. Con el que podía ocultar mis sentimientos sin que pareciera obvio. Con el que no hablaba con Kenny.

—¿Qué te traes con Red, eh? ¿Qué me dices de ella?

Alcé una ceja, y contesté obvio:

—¿Que es mi novia y que vive conmigo?

—¿Por qué te trata de tal manera?

—¿De qué hablas?

—No mientas, Craig. Toda la escuela sabe que la maltratas.

En cuanto terminó de articular aquello, solté una larga carcajada para nada simpática.

—¿De qué hablas? —repetí—. En caso de que hubiera una víctima en la relación, ése sería yo.

—No te creo nada —respondió. Se dio media vuelta, pero no sin antes dirigirme una mirada de odio. Siguió "caminando" hasta que lo perdí de vista, ya que dio vuelta en el pasillo.

—N-no le hagas ¡AGH! caso, Craig —sugirió Tweek, aún con su típico tic de mierda—. Ha llegado así desde la mañana.

—Ya veo —respondí.