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La noche anterior dormí de maravilla. Y no porque hubiera dormido en el sofá , solo, sin Rebecca. Sino porque ahora admiraba más a Kenneth. Aún no podía creerme que él hubiera dibujado todas esas cosas. Todavía tenía curiosidad por saber qué clase de dibujos habrían en la segunda fase. Y me fascinaba la idea de que él me dibujara. Me fascinaba la idea de verlo hacerlo.

Me levanté de un salto del sofá y caminé hacia la cocina, que estaba a tan solo unos metros del living. Tomé unos cereales cualquiera y los combiné con leche en un plato hondo.

«Craig Ramsey a su servicio, madamme.»

Lo normal era que después de pararme de la cama fuera hasta Rebecca y le plantara un beso en la frente, para después decirle buenos días princesa y traerle el desayuno a la cama. Sin embargo, esta vez no me había parado de la cama. Me había parado del sofá, y eso cambiaba mucho las cosas.

Terminé el desayuno y subí de dos en dos los escalones que me llevaban al baño. Ahí me di una ducha rápida y cuando salí me puse la misma combinación de siempre. No crean que siempre me pongo la misma ropa, es que tengo unos diez pares de lo mismo.

Antes de salir de la casa, me fijé en Rebecca, la cual seguía dormida profundamente. Sabía que ella odiaba faltar a clases, por lo que no me molesté más y salí de la casa. Me dirigí al Mercedes y, intentando no hacer ni el más mínimo ruido al arrancar y dar reversa, salí de la cochera y conducí hasta llegar al colegio.

En el aparcamiento de la escuela, todo el Team Stan me esperaba, recargados en el parabrisas del coche de Stan.

Aparqué en una de las últimas hileras que habían y bajé del auto de un salto. Al igual que yo me dirigía a ellos, ellos se dirigían a mí.

—¿Qué le hiciste a Kyle? —me preguntó Stan con un tono serio.

Me di cuenta de que Kyle no estaba allí. Alcé una ceja.

—Sí. Es... algo complicado. Pero nadie sabe de esto mas que tú. Por favor, no le digas a nadie que me fui de campamento con ese grupo de bicuriosos. Aún estoy confundido y... mi madre me ha obligado. Por favor, Craig —me suplicó Kyle antes de darse la vuelta para perderse en la neblina de la noche.

Sonreí al recordar aquella conversación del día anterior.

—Nada —respondí por fin.

La frente de Stan se arrugó frenéticamente.

—Tú fuiste al último que vio. Habla.

—La noche anterior le dio un resfriado, Stan. No les dijo nada porque no quería que se preocuparan de más. Él está bien. Sólo necesita descansar. No vayas a verlo —le rogué—. Me pidió de favor que no se los contara.

Al pareces aquello sí se lo tragó, porque el tono de su voz se suavizó al instante.

—Está bien —dijo tras pensarlo varias veces—. Gracias de todas formas, Craig.

Asentí.

South Park "Eres mío, Ángel" [Crenny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora