El martes por la noche regresé agotado. Y no me sorprendió ver a Rebecca esperándome en el marco de la puerta cuando llegué.
—¿Dónde estabas? —me preguntó, con los brazos cruzados y con el hombro recargado en el marco.
Revoleé los ojos y la empujé a un lado para pasar. Ella me arrebató la hoja que tenía guardada en el bolsillo. Lo abrió y sonrió con malicia.
—¿Quién hizo esto? —preguntó. Su tono era más brusco que el anterior—. ¿Quién es ella? —señaló a la silueta sin rostro.
—Nadie quien te interese —repliqué, e intenté agarrar el dibujos sin arrugarlo.
Ella me lo impidió.
—Así que estás viéndote con otra zorra para que te dibuje junto a ella, ¿ah? ¿Qué otros dibujos tendrá guardados por ahí, Craig?
Tomó los dos extremos de la hoja y, antes de que pudiera arrebatársela, estiró las esquinas, haciendo que ésta quedara partida a la mitad. Después, volvió a romper la hoja verticalmente, y siguió haciéndolo un par de veces más ante mi mirada atónita. Cuando caí en la cuenta de lo que estaba pasando, la empujé y le arrebaté el dibujo. Rebecca cayó al suelo, golpeándose con el borde del sofá. Sin embargo, no me importó. Ahora lo que me importaba era aquel dibujo. Estaba hecho trizas, y aunque intentara pegarlo con cinta adhesiva, jamás se vería como antes. Éste era el primer regalo de Kenny, de muchos. Sin embargo, le había tomado un gran cariño. El primero siempre sería el mejor, y ahora estaba hecho pedazos.
Me volví hacia Rebecca, que estaba sosteniendo su cabeza con una de sus manos.
—¡Eres una zorra! —le grité, sin la mínima de las gracias en mi voz.
Frunció el ceño.
—¿Qué?
—¡¿Qué necesidad tenías de hacer esto?!
Sin dejarla contestar subí a mi habitación. Tomé una gran maleta y metí la mayor cantidad de ropa que pude dentro de ésta. Metí uno que otro objeto preciado para mí y cerré la maleta. Al igual que algunos objetos de limpieza, metí dos toallas en la parte de enfrente de ésta, y bajé las escaleras de dos en dos. Rebecca aún estaba confundida, tirada en el suelo.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó, incorporándose en el sofá.
—Me voy —contesté. Ahora me encontraba dentro de la cocina, metiendo en una enorme bolsa negra cualquier aperitivo que estuviera en lata o algún cereal que me agradara. Metí tres leches y amarré la bolsa en la agarradera de la maleta.
Salí apresuradamente de la cocina y abrí la puerta principal.
—¿A dónde te vas?
Me volví hacia ella.
—A un lugar donde sé que jamás me encontrarás.
Y salí de aquella casa. Aquella casa en la que nunca deseaba volver a entrar. No con ella dentro.
Eché una mirada fugaz hacia la puerta antes de subir a mi coche. Ella no me seguía. Simplemente se quedó allí dentro.
Me metí al Mercedes y, en cuanto metí la llave, arranqué a toda velocidad, para dirigirme hacia la parte menos poblada de la ciudad.
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South Park "Eres mío, Ángel" [Crenny]
Fanfiction«I keep forgetting you're no longer here.» Los personajes nombrados le pertenecen a la serie de South Park (Matt Stone y Trey Parker). Por otro lado, la historia es 100% mía. No se aceptan copias o adaptaciones. Se aceptan críticas.