XXVIII

779 144 5
                                    

Los ojos de Kenny brillaron. Sus manos comenzaron a pasar por todos los muebles limpios de la sala, hasta parar en mi hombro.

—¿Ésta es tu casa?

Me limité a asentir. Le eché un vistazo al penthouse. A pesar de ser un departamento, parecía ser más espacioso que mi antigua casa.

—¡Está increíble! —mencionó, y se aventó a uno de los sofás de la sala—. ¿Por qué no viniste aquí tras tu pelea con Rebecca?

—No sé. No lo pensé. —«La verdad es que quería pasar el tiempo contigo.»— De cualquier forma, supongo que ahora éste será mi nuevo hogar.

Aquellas palabras me costaron demasiado sacarlas de mi garganta, porque aunque no hubiera querido reconocerlo, había admitido que ya no volvería a la casa de Kenny.

Me volví hacia él, quien ya me miraba con aspecto triste.

—Entonces ya no volverás a mi casa, ¿cierto? —me preguntó, incorporándose en el mueble.

—E-eso creo...

—Bueno, de cualquier forma jamás creí que tu hospedaje en mi casa duraría tanto tiempo, sabiendo cuando dinero tienes, mi casa para ti es sólo mierda.

—¿De qué hablas? Tu casa es realmente un hogar, Kenny. En la mía, sólo vivía con alguien que realmente no quería. Vivir solo es una mierda, te lo juro. Por lo menos todos estos años tuviste a tus hermanos, porque Ruby es tan perra que sólo me habla para pedirme el auto. Preferiría mil veces quedarme en tu casa, Ken. Te lo aseguro. Pero con eso de que tu padre está allí...

—Entonces déjame quedarme aquí —pidió—. Por lo menos hasta que mi padre se vaya. Por favor. Quiero estar en cualquier lugar menos en donde esté él.

Me lo pensé unos segundos.

—¿Y qué hay de tus hermanos? ¿Quieres dejarlos solos también? ¿Con tu padre?

—Yo me arreglo de eso después. Pero te lo imploro, Craig. Por favor...

Suspiré.

—Está bien. Pero necesito que arregles esto con tus hermanos, Kenny. No permitiré que los dejes solos a manos de ese tipo. Da mal rollo.

Los ojos de Kenny se iluminaron.

—¡Gracias! ¡Te amo! —dijo, y pasó rápidamente sus brazos alrededor de mi cuello, para así formar un abrazo de oso. Me apretó lo suficiente como para dejarme marcas—. ¡De verdad!

«Yo también te amo.»

South Park "Eres mío, Ángel" [Crenny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora