South Park "Eres mío, Ángel" [Crenny]

XXXII

Creo que tardé demasiado actualizando ._. Fue una semana, pero se me hizo eterna xD. En fin, disfruten estos cortos capítulos. Los hice con mucho amor y pizza. Comenten qué les parecieron. Los amo❤️. Y nos vemos dentro de cuatro días o... ¡una semana! *inserta cara de Dalas y dedos mágicos en el rostro*

Por cierto, ¡ya casi llegamos a las novecientas visitas (o como se diga xd. Ojitos. Visualizaciones. Como sea)! De verdad, gracias por cada uno de ustedes que se toma el tiempo de leer mis tonterías xd. No saben cuánto aprecio eso. ¡Larga vida plancton!

El viernes por la mañana me preparé para ir al colegio. No quise molestar a Kenny, por lo que después de que me hube bañado y cambiado, salí del departamento como alma en pena.

La carretera estaba despejada. Ya no había tanta nieve en los pavimentos como hace algunas semanas. Era cuestión de días para que iniciara la primavera y aquello me ponía feliz. Demasiado.

Estacioné el coche cerca de la entrada principal. Cuando salí y comencé a caminar hacia la puerta, Wendy me tomó por sorpresa.

—Tenemos que hablar —dijo, parándose enfrente mío y evitándome el paso.

—Se nos hará tarde.

—Parece que con Kenny pierdes la noción del tiempo. Mira —y señaló su reloj de mano—. Faltan quince minutos. El tiempo suficiente para que tú y yo hablemos.

—Bien, pero no aquí.

Wendy asintió y entramos al colegio. Los pasillos aún permanecían despejados, ya que la mayoría de los alumnos llegaban unos cinco minutos antes de que diera el toque.

—Y por dónde empezamos...

—¡Craig!

—La mierda...

Me giré hacia atrás. Damien Thorne corría a una velocidad increíble hacia mí. Cuando estuvo enfrente, se paró en seco, y se volvió hacia Wendy.

—Hola, Wendy.

—Me voy —dijo, y me miró por unos segundos—. Hablamos después. Me buscas.

Y sin más, Wendy desapareció de mi campo visual.

—¿Qué ha sido eso?

—Problemas y decepciones románticas —contestó—. Bien, seré breve. ¿Eres amigo de Tweek, verdad?

—Sí. ¿Por qué?

—Entonces te llevas con Butters.

—Ajá.

—Por lo que eso te lleva a conocer a Phillip Pirrup.

—Correcto. ¿A qué va esto?

—¿Qué me dices de él? ¿Qué le gusta?

—¿A dónde quieres llegar, Damien?

—Se resiste demasiado a mis encantos. —Damien comenzó a caminar hasta pararse detrás mío, y me tomó por los hombros—. Y tú vas a ayudarme a hacerlo cambiar de opinión.

Lo miré por unos segundos.

—¿Eres gay?

—¿Por qué crees que Wendy me odia? —mencionó—. Arruiné su pobre corazón. —E hizo una seña con las manos formando un corazón, para después romperlo con sus propios dedos— Realmente no importa eso. El caso, ¿me ayudarás?

—¿Por qué yo haría eso?

—Qué preguntón me saliste. Así que iré al grano. Sé tu secreto.

—¿Qué secreto?

—Tú más Kenny es igual a amor. ¿Correcto?

Cuando reaccioné, lo jale de la manga hasta llevarlo al baño de hombres.

—¿Cómo lo sabes?

—Sé más cosas de las que tú crees. Tal vez... que te gusta comerte las uñas de los pies cuando estás solo. ¿A que sí?

—¿Te tomas el tiempo de espiar a la gente?

—Tu vida no es demasiado interesante. Sólo espero a que tengas algo más de acción. Entonces, ¿me ayudarás?

—¿Y tú como me ayudarás?

—Ya te dije, Pip se resistió a mis encantos. Pero él no lo hará. Si le digo que haga algo, lo hará. Confía en mí.

—No quiero que me quiera a base de amenazas.

—Entonces lo haremos a la antigua. Tú compras los condones y yo el lubricante. ¿Así quedamos?

Tras pensarlo varios segundos, me limité a asentir.

—¿Y qué tengo que hacer?

—Investiga acerca de él, y cuando creas estar listo, ven conmigo.

Se dio media vuelta. Pero antes de que saliera del colegio, volví a hablar.

—¿Y cómo hago eso?

Se volvió hacia mí rápidamente.

—Invítalo a una cita.

Y desapareció detrás de la puerta.