XII

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—¿Necesitas que te acompañe a tu casa?

—No querrás venir a mi casa, Craig.

Fruncí el entrecejo.

—¿Necesitas que te acompañe a tu casa? —repetí, y me volví hacia su pie—. Ya sabes.

—¿Por qué miras allí abajo? —me dijo, confundiendo aquella mirada fugaz que había lanzado anteriormente. Su sonrisa se ensanchó, y supe de lo que estaba hablando.

Le sonreí de vuelta.

—No tengo sexo con desconocidos.

Me miró.

—Suerte que yo sí.

Seguimos la ruta en la que habíamos caminado los últimos veinte minutos. Pasadas las vías del tren, las calles pavimentadas se habían extinto, y a lo lejos, lo único visible eran los enormes botes repletos de bolsas negras que dejaban los camiones de basura de la cuidad. Miré a Kenny.

—¿Y tu casa?

Él me miró incómodo.

—Es por allá. —Señaló al fondo de la enorme pila de basura, en la que un estrecho camino se mostraba en el medio. Al final, una pequeña casita hecha de láminas y ladrillos se asomaba por uno que otro escombro.

Me quedé perplejo.

No dije nada en el camino, por lo que seguimos moviéndonos.

En cuanto estuvimos en frente de la puerta, nos encaramos, y un tono carmesí se asomó por el rostro de Kenny. Sonreí.

—Será mejor que te deje ya. Se está haciendo de noche y necesito volver a mi casa.

—¿No quieres algo? Tengo agua sucia, dos latas de atún y más agua sucia. Ah, y un cómic porno.

—Me gustaría que me dibujaras. ¿Lo olvidaste?

Los ojos de Kenny brillaron.

—¿Por qué no ahora?

Dirigí uno de mis dedos a mi barbilla, pensativo.

—¿Te parece?

—¡Sí! —contestó animado—. Así pasamos más tiempo juntos, Craig.

No tardé en girar el pomo de la puerta y adentrarme a la casa.

—Está bien.

Después de que Kenny entró, nos dirigimos a la última habitación del pasillo. En la puerta habían algunos recortes pegados que decían "Alto ahí. Cuarto de Kenny McCormick", y a su lado, asomaban los pechos de una modelo de Victoria's Secret la cual no reconocí al instante. Kenny se adelantó y abrió la puerta, mostrándose dentro de éste una cama con sábanas sucias y desordenadas, paredes color verde desgastado repletas de pósters de chicas semidesnudas y un buró con una laptop mini de los años ochenta. Entré y cerré la puerta detrás de mí, viendo más a fondo la habitación. Había un clóset con una que otra prenda rota, colgadas con un gancho desde la barra, y la grabadora que había visto se encontraba encima de un escritorio de madera, junto al buró.

Me senté en la cama y esperé a que Kenny me siguiera. Pero no lo hizo, sino que se adentró más a su clóset, hasta que de allí salió con un enorme cuadernillo con pasta azul rey y con una lapicera negra de tela. Posteriormente se sentó a mi lado.

—Acuéstate —me ordenó, y miró el resto de la cama.

—¿P-por qué?

—¿No quieres que te dibuje?

South Park "Eres mío, Ángel" [Crenny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora