Capítulo 30 ¿Me perdonas?

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-¿Qué haces aquí? –Pregunto con la voz fría y cortante, de modo que sepa que aquí no es bienvenido.

-Hija yo...

-No me llames así, perdiste ese derecho cuando saliste por la puerta sin mirar atrás. –Dije cortante, hasta a mí me sorprendió el tono en el que me salió.

-Me llamaron del hospital diciendo que Jack tuvo un accidente. –Dijo con el semblante preocupado y ¿arrepentido?

-¿Ahora Jack te importa? ¿Qué le dirás cuando despierte y te vea? ¿Qué fuiste a comprar leche y no la encontraste?

-Rachel es mi hijo y tu hermano voy a estar aquí te guste o no. –Dijo serio como si le importáramos más que a nada en este planeta.

-Haz lo que te de la real gana, a mí no me dirijas la palabra. –Le dije entrando en la sala de cuidados intensivos para poder ver a Jack antes de irme a la universidad. Entro y me paralizo al verlo con tantas maquinas a su alrededor con un silencio ensordecedor salvo por el monitor cardiaco señalando su débil pulso. Me acerco a él lentamente y me siento en el asiento de al lado con un nudo en el estómago inmenso, sin poder evitarlo se me escapan unas lágrimas al verlo así. Con tubos respiratorios, sedantes y dios sabe que más. Le cojo de la mano y la rodeo con la mía.

-Menuda has liado he peque, necesito que despiertes y hagas tus típicas travesuras que vuelven loca a mama. Quiero que despiertes para llamarme todas las tardes y explicarme que has hecho en el colegio como de costumbre. Que me chantajees para que te compre golosinas y para llevarte al cine. –Dije con un nudo en la garganta y varias lágrimas rodeando mis mejillas. –Así que despierta todos te estamos esperando. –Dije levantándome de la incómoda silla metálica para besarle su pálida frente y salir secando mis lágrimas con la maga de mi chaqueta. Al llegar frente a mis hermanas veo que lucen cabreadas y frías ante mi "Padre".

-Annie, Kim cualquier novedad me avisáis ¿sí? Os quiero. –Asintieron con una débil sonrisa, les di un beso en la mejilla a cada una y me fui ignorando olímpicamente a mi padre.

Tomé un taxi y pedí que me llevara a la universidad. Son tantas emociones que he pasado en apenas dos horas que ni me ha dado tiempo a procesarlas, mi padre después de cinco años aparece en el hospital como si nada hubiera pasado, como si nunca nos hubiese abandonado de la peor forma. Si de mi espera que vuelva a ser la de entes está muy equivocado.

Pago al taxista y me adentro en la universidad, es la hora del almuerzo así que todos están en el comedor.

Me preparo mentalmente para las preguntas de Cara y de ver el careto de Ryder ¿Cómo pudo pensar que me acosté con Damien? Esto comprueba que las neuronas que tiene no le dan para mucho. Abro la puerta del comedor y me adentro bajo la atenta mirada de todos. Aquí los rumores vuelan.

Entro en la cafetería cojo mi almuerzo; Un café con galletas integrales con trocitos de frutos secos. Me dirijo hacia la mesa de los jugadores de Lacrosse (como de costumbre) y me siento junto a Cara bajo la mirada de Ryder con cara llena de culpabilidad, si no me equivoco.

-Siento no haber estado contigo cuando pasó el accidente de Jack. –Dijo con desdén.

-No lo sabías, no tienes de que preocuparte. –Dije dándole un corto abrazo.

-Barbie quiero que sepas que tienes todo mi apoyo. –Dijo Keegan apartándome de Cara para abrazarme con exageración.

-Gracias. –Le sonreí con cariño a la vez que le daba un beso en la mejilla.

-Esperemos que despierte pronto. –Dijo Cara dándome apoyo.

-¿Te vas a comer las galletas? ¿No? Bien. –Dijo Keegs cogiendo varias de mis galletas metiéndoselas en la boca de golpe quedando la mitad de ellas fuera asomando por su boca.

Mi Nueva Vida Como Modelo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora