Capítulo 42 La Cita.

3.3K 161 28
                                    

No sé porqué estoy tan nerviosa, he estado otras veces con Ry, es decir, su presencia no es nueva para mí pero lo que sí es nuevo son las sensaciones que me trasmite cada día. Son nuevas sensaciones que nunca logré experimentar...

Sentimientos con tantas preguntas, tantas emociones que se desatan, una lujuria jamás sentida dentro de mí ser, hasta ahora. Eso me hace pensar en algo... ¡Damien! Debo hablar con él, he de ser sincera y honesta. Tanto conmigo misma que con él.

Ayer cuando apunto de dormir, me llega una llamada por Face Time de Damien. Me contó que su madre está mejorando poco a poco gracias a él. Ella necesita de su hijo, por lo tanto su estancia en Chicago se alargara. Eso me entristeció, le echo mucho de menos, se ha vuelto una persona imprescindible para mí. Justo por eso no puedo ir a la cita sin antes contarle que tengo una cita con Ryder.

Asique, aquí estoy. Dando vueltas en la habitación como una esquizofrénica, no se cual va a ser su reacción. ¿Y si se enfada y no vuelve a hablarme? El miedo crece en mí al haber pensamientos similares a estos.

Decido coger el móvil y teclear la tecla de Face Time, antes de arrepentirme.

Un tono...

Dos tonos...

Tres tonos...

Cuat...

-¡Hola! ¿Qué tal preciosa? –Pregunta, con alegría.

-¡Hola Dami! Estoy bien ¿y tú? –Pregunto.

-De momento, vamos bien. –Dice, sonriente. Se a que se refiere, eso es bueno, su madre sigue mejorando.

-¿A qué se debe que me honres con tu llamada?

Allá va.

-Eh...pues...mmh...

-Rachel, tranquila. Respira, relájate y suéltalo. –Dice, con voz tranquilizadora.

Hago lo que me dice y lo suelto sin meditar bien las palabras.

-Ryder de ha pedido una cita...y he aceptado.

De repente se forma un silencio sepulcral entre nosotros. Pasan varios minutos hasta que decide hablar.

-No...no me lo esperaba. –Dice con voz afligida. –Espero que vaya bien la cita. –Dice, fingiendo una sonrisa.

-Si te va a afectar demasiado no voy, solo tienes que pedírmelo. –Digo, es una situación muy delicada para ambos.

-Seria egoísta si te lo pidiera, quiero que vayas a esa cita. Estaré bien, no te preocupes por mí. –Se que se siente afectado, y me siento mal por ello.

-¿Estás seguro? –Pregunto con inseguridad.

-Sí, ahora si me disculpas, tengo que colgar. –Dice. En su semblante veo tristeza aunque intente camuflarla con una sonrisa.

-Está bien, adiós. –Me hace un gesto con la mano y cuelga.

Sé que he hecho lo correcto, si se lo hubiera ocultado no me lo perdonaría. Merece saberlo.

>> Hemos de tratar, como queremos ser tratados. <<

Voy hacia el mini refrigerador a por un poco de agua, debido a que se me ha formado un nudo en la garganta.

Mientras estoy en la cama pensando y reflexionando oigo toques en la puerta. Me levanto a abrir, para ver quién es. Al abrirla me encuentro a Keyla.

Mi Nueva Vida Como Modelo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora