Los días siguieron lentos después de aquella misión. Sasuke y Yumi habían regresado al escondite donde -ese mismo día- Orochimaru los había recibido con una sonrisa de oreja a oreja. Sasuke había deseado atravesarle su cara paliducha con la katana que sobresalía del lado izquierdo de su ropa. Yumi que igual deseó hacerle algo con su Nisshokugan, solo pasó de largo como Sasuke lo había hecho. Ninguno había respondido la pregunta que ese día les había hecho el sannin sobre la misión, e ignoraron aún más sus intentos por saber si habían disfrutado de las aguas termales. Kabuto, que también se había pasado por ahí para ver el regreso de esos dos, había sonreído de lado sin disimular ni un poco su diversión, haciendo enojar más a uno, y avergonzando a la otra.
Las misiones por separado comenzaron. Yumi podía salir de la cueva, solo cuando el sannin le daba una misión, las cuales eran sencillas en su mayoría como buscar alguna hierba para sus extraños antídotos, o para la elaboración de diferentes venenos con los que experimentaba. Por su parte, Sasuke era quien se ocupaba de los mandados más difíciles, y cuando veía que las cosas podrían complicarse era cuando ambos, Sasuke y Yumi, marchaban juntos. Poco a poco, y para todo curioso que los veía, Yumi parecía ser una más de ese desagradable grupo y conforme el tiempo pasaba, ella conocía o creía conocer más al azabache con quien ahora convivía.
-Sasuke-san, buenos días -saludó ese día la peli negra cuando chocó con él por uno de los pasillos oscuros.
-¿Qué? -preguntó el Uchiha cerrando sus ojos al mismo tiempo que se detenía para escucharla, pues iba tan concentrado que apenas notó su saludo.
-¿Le pasa algo?
Sabía lo malhumorado que podía ser Sasuke, pero los últimos días había llegado a verlo sonreír cuando sacaba a Kabuto de sus cacillas o incluso, la había ayudado a escapar de misiones que tenía con el peliblanco y se negaba a ir. ¿Si le sorprendió esa respuesta? Sí que lo hizo. Sin embargo, ya habían pasado varios días en los que notaba diferente a su "senpai" como Orochimaru le había dicho que llamara al Uchiha, y obviamente quería saber las razones detrás de ese cambio. Sasuke deambulaba de un lugar a otro dentro de esa oscura cueva, muy metido en sus pensamientos. Su ceño fruncido no dejaba su frente casi nunca, era como si ya no supiera mostrarse sin esa fea expresión y eso empezaba a asustarle. ¿Alguien podía morir de tanta amargura? A veces creía que sí.
Sasuke jamás decía lo que le llegaba a molestar, por ello, ese día no fue la excepción.
-No es nada -Fue lo que respondió el azabache mirándola nuevamente-. En lugar de preocuparte por mí, deberías ir a entrenar, Yumi ¿o ya mejoraste con el uso de la katana?
Estuvo a punto de negar, pero él había retomado su camino; pasando por un lado de la Hikari quien no borró su mirada preocupada.
Había ciertos días en los que Sasuke amanecía de un mejor humor, solo un poco mejor y había otros días en los que el Uchiha se apartaba de todos y se mantenía en silencio y en la infinita oscuridad de su habitación.
¿Qué era lo que pasaba por la mente de Sasuke Uchiha?
Yumi quería saberlo.
Quería saber un poco más sobre ese chico serio con el que ahora debía convivir porque no le parecía justo que él hubiera visto sus más recónditos secretos y ella apenas supiera su nombre. Por Kabuto se habían enterado, no obstante, que el clan Uchiha fue exterminado por un miembro de su mismo clan en aquella aldea llamada Konohagakure. Ella no había escuchado sobre eso en aquellos días que ocurrió, puesto que siempre había sido muy difícil mantener contacto con otras aldeas fuera de su pequeño pueblo. Ryuto los había alejado lentamente de la civilización volviéndolos casi nómadas, por decirlo así. Los Hikari vivían enjaulados en ese pequeño lugar, en esa pequeña aldea rodeada de árboles.
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Kimi ga suki | Tú me gustas
FanfictionSon escasas las cosas que le gustan a Sasuke, y al contrario son muchas las que le desagradan. Tiene un sueño, o más que eso, una ambición: Asesinar a un hombre. Es por esa única razón que no está dispuesto a morir y mucho menos de una forma nada di...