El anciano que se detenía horas y horas bajo la sombra de un árbol de un pequeño huerto a leer el periódico veía la forma de llevarse de ese curioso grupo de ninjas sin bandas de ninguna aldea. Los últimos dos días habían entrenado, uno de ellos hacía payasadas que provocaba risas en la única chica, la de cabello oscuro y rostro de ángel, mientras que el miembro restante, el que debía ser el líder, participaba poco de las charlas.
No sabía el nombre de ninguno, pero le parecían un pasatiempo divertido cuando se cansaba de su lectura. Sin embargo, una mañana al ir hacia su punto de vigilancia, los vio empacar sus cosas y marcharse sin siquiera notarlo. Cualquiera que sea su propósito, esperaba lo cumplan, y vuelvan pronto antes que el invierno llegue y él no pueda salir de su casa por el dolor de huesos.
—Yumi-chan, ven aquí y mira esto —Sonrió Suigetsu haciendo de su mano solo agua y saludándola.
La chica se giró sobre sus tobillos y sin dejar de caminar, prestó atención a lo que su compañero le mostraba. Se sentía bien tener un amigo, o algo cercano a eso. Alguien con quien bromear y reír después de toda la tormenta. Por un momento, cuando hablaba con Suigetsu o lo veía juguetear con su cuerpo como en esos instantes, olvidaba quién era, y lo que había hecho. Por lo tanto, no se odiaba.
—Vas a caerte si sigues caminando así —Indicó Sasuke haciéndola reaccionar y uno, mirar al frente y no andar de espaldas, y dos, a esperar a Suigetsu y dejar que el Uchiha tome la delantera solo.
Yumi pasó sus dedos por la mano de agua y sonrió porque esta vez él no le haya atrapado el pulgar demasiado fuerte. Había sido rápida. Intentó nuevamente, fallando pero estallando en carcajadas cuando sintió su índice ahora entre sus dedos.
—Au —Se quejó cuando él no aflojaba el agarre—. A la próxima ganaré.
—No podrás —Sonrió pagado de sí mismo el chico de cabellos blancos.
Sasuke vale decir, nunca jugaba con ellos, pero a veces lo veía sonreír a medias o menear la cabeza como si no quisiera encontrar aquello divertido y lo hiciera. Le agradaba cuando lo hallaba mirándolos sin ningún molesto ceño fruncido en su rostro o a las horas de hacer guardia, hablaba con ella un poco, le hacía preguntas y contestaba otras de forma cortante.
—No tiene importancia —Espetó mirando a otra parte, al horizonte oscuro y repleto de estrellas.
A sus espaldas, un ruidoso Suigetsu roncaba a más no poder como si quisiera que se enterasen que dormía bien.
—Al parecer eran cercanos —Interceptó ella al ver que nuevamente se cerraba tras sus incontables muros—. Naruto se veía decidido a llevarlo de vuelta a Konoha.
—Naruto siempre ha sido un idiota. No cambia —Se limitó a decir, dando por zanjado el tema.
¿Pero por qué Sasuke siempre podía ponerle punto final, seguido o aparte a sus conversaciones? No era justo.
—¿Y la chica? ¿También era compañera suya?
—Sí, una molestia completa —Añadió luego de unos segundos debatiéndose en si responder o no—. Su nombre es Sakura y creo que lo único que podía hacer era lanzar shurikens. Un estorbo aunque intentara no serlo.
Yumi asintió para sí, y por unos cuantos segundos se dedicó a observarlo. Por la forma cómo hizo ese comentario y desvió la mirada, supo que había algo más. Algo que quizá lo avergonzaba.
—Y le gustaba mucho.
—Ah —Se encogió de hombros—. Era insistente. Naruto era más soportable que ella.
—Hablaba de a usted, Sasuke-san. ¿Si Sakura le gustaba por qué no se lo dijo? ¿Por qué no se quedó y dejó de lado esta venganza suya?
Los ojos oscuros de Sasuke se agrandaron y su cuerpo giró hacia la menuda chica que se abrazaba para cubrirse del viento frío. ¿Qué acababa de insinuar?
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Kimi ga suki | Tú me gustas
FanfictionSon escasas las cosas que le gustan a Sasuke, y al contrario son muchas las que le desagradan. Tiene un sueño, o más que eso, una ambición: Asesinar a un hombre. Es por esa única razón que no está dispuesto a morir y mucho menos de una forma nada di...