Cada uno de los integrantes de Taka sabían lo que ocurriría. De una manera u otra siempre lo habían sabido. Desde que cambiaron de nombre, eran conscientes que eso significaría, a la larga, enfrentarse a las grandes aldeas y con ello, a sus líderes.No obstante, desearon que esos segundos de tensión en los que terminaban de comprender que se escabullirían en la Cumbre de los Kage, fueran interminables. No eran unos bobos. Las cabezas de las aldeas eran ninjas de inmenso poder, leyendas que serían difíciles —por no decir imposibles— de vencer.
Podrían morir en el intento. Quizá uno de ellos no volvería en sus propios pies...
En tanto Suigetsu y Karin se mordían interiormente las uñas, dudosos de si lo que harían sería cuerdo; Sasuke apenas daba crédito a sus oídos. Por lo que había contado Zetzu, Pain había sido poseedor de un dojutsu como ninguno, y ahora estaba muerto. Naruto, el estúpido de su compañero de infancia, el bueno para nada, el que solía ser ruidoso y nada estratégico, había logrado vencerlo dejándole con ese descubrimiento, un amargo sabor en la boca. ¿Cuán fuerte se había vuelto todos esos años? La curiosidad amenazaba con picar, pero la arrojó lejos al recordar a Yumi y lo segura que había estado al decirle que Naruto sería un buen líder y que incluso, lo admiraba.
—Como si lo conociera —añadió para sí mismo antes de caminar hacia Zetzu Blanco. Lo llevaría consigo a la Cumbre. Sería de utilidad. No interesaba Naruto y si tenía o no habilidades de liderazgo, lo esencial ahí era su deseo de ver a Danzō rogar por su vida antes de arrebatársela de la forma más lenta y dolorosa.
En una esquina, con una mochila pequeña en su espalda, Yumi no perdía de vista a Sasuke. Habían pasado un par de días desde la última vez que se había permitido estar con los demás sin querer llorar y el cambio que percibía en el ambiente era bastante drástico. La nube gris que se había cernido sobre ella al enterarse que todos los Jinchuriki capturados habían perecido, empezaba a despejarse con el anuncio que irían a irrumpir una importante reunión, mas no era suficiente. Cada que recordaba el momento en el que armándose de valor, le preguntó a Madara los nombres de los Jinchurikis asesinados a manos de Akatsuki y este mencionó entre ellos, el de su amigo de infancia, volvía a tener la impresión de querer vomitar toda su comida. Eso, sumado a la falta de emociones en Sasuke teniendo en cuenta que podrían estar cavando su propia tumba por seguirlo en su venganza, la hacía preguntarse cómo diablos se había metido en todo eso y si algún día podría salir libre.
Es así que, mientras Taka marchaba junto a Zetzu Blanco; en Konoha, un rubio escapaba con la ayuda de Kakashi de unos miembros de Raíz que habían sido dispuestos a vigilarlo; y camino al País del Hierro, los cinco Kages pronto llegarían para sostener su tan esperada reunión. Muchos acontecimientos estaban sucediendo a pasos agigantados. Comenzando por Sasuke siendo ahora un criminal buscado; seguido por Anko intentando dar con un desaparecido Kabuto; los Doce de Konoha, excluyendo al Uxumaki y al Uchiha, hablando sobre el lío en el que su ex compañero estaba metiendo a la aldea; Naruto cada vez más cerca de encontrarse con A y suplicarle que perdone a Sasuke; y pronto, muy pronto, Madara contaría por segunda vez la verdadera historia de Itachi Uchiha.
—Sasuke-sa... Sasuke —dijo recordando su petición de dejar atrás las formalidades—. Si atacas a Konoha, las otras aldeas se opondrán también —No era una pregunta. Él lo sabía, así que solo la miró de reojo sin detenerse de la carrera que emprendían—. ¿Crees que puedas con todo eso? ¿Con todo el odio que causarás?
"¿Crees que vale la pena?", habría querido agregar, pero no lo hizo porque no quería discutir con él antes de otra batalla. Debía estar a su lado y ayudarlo en lo que fuera. Más sangre en sus manos no sería bueno. Si podía evitar que asesine a más personas, habría valido la pena su compañía.
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Kimi ga suki | Tú me gustas
Fiksi PenggemarSon escasas las cosas que le gustan a Sasuke, y al contrario son muchas las que le desagradan. Tiene un sueño, o más que eso, una ambición: Asesinar a un hombre. Es por esa única razón que no está dispuesto a morir y mucho menos de una forma nada di...