Kimi ga suki | Tú me gustas

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¡Hola, chicos y chicas! A raíz de que muchos se sintieron perdidos con el final, traigo una noticia (?) La verdad es que la intención era justamente dejar un final semiabierto donde su imaginación fuera la encargada de cerrar todo —no me maten—, pero sé que muchos quisieran tener una última ojeada de esta primera parte.

Así que para los que ya tienen una idea de lo que pasó con Yumi y compañía, o ya imaginaron su final deseado, no necesitan continuar leyendo, pueden quedarse con eso y contármelo por privado o en los comentarios 😊 Sin embargo, si aun así tienen ganas de saber más, los invito a seguir con este apartado. Se lo merecen y es de hecho por ustedes que decidí que vamos a solucionar algunas dudas de una manera no muy larga y espero, divertida.

Aquí vamos. ¿Están listos?

*

Fragmentos de "El guardián y la doncella"

Capítulo 8
Únicamente ella

El viernes previo a la reunión más esperada por un grupo de jóvenes ninja, el local elegido sacaba lustre al piso, colocaba las mejores copas y el licor más caro en los barriles. ¡Muchos de los héroes de la Gran Guerra Ninja estarían ahí! No era ninguna broma el esfuerzo. ¿Quién sabe y algún día podrían tener a los Kages reunidos ahí?

Jiro le dio una última ojeada al 'box' que el grupo había alquilado y volvió a acomodar los sillones por tercera vez. ¡Debía quedar perfecto! Naruto, el salvador del mundo, estaría ahí; el inteligentísimo Shikamaru; la hermana de Gaara, ni más ni menos; el genio súper dotado del clan Hyūga; y el sombrío, pero atractivo Sasuke.

Con las manos como jarras en la cadera, la dueña del restaurante-bar, soltó un respingo. Estaba listo. Mañana sería su oportunidad de convertir su negocio en uno conocido a lo largo del país del Fuego y de pasada, husmear en las vidas de esos chiquillos que seguro le darían temas para hablar en sus reuniones de señoras.

A las afueras de ahí, cruzando la calle y a un par de tiendas, un azabache compraba ciertos productos femeninos sin vacilaciones, haciendo caso omiso a las risillas de las escolares y la fijeza de la dependiente.

—Esto. Todo. ¿Cuánto es?

La mujer hizo su cuenta y le entregó la boleta.

—¿Para tu hermanita?

Tomó la bolsa y dejó el dinero luego de contabilizarlo pacientemente.

—Mi novia.

La cajera, aunque claramente mayor que él, hizo un puchero infantil que le hizo preguntarse qué rayos pasaba últimamente. Hasta hace meses lo ignoraban y ahora volvía a ser atormentado por muchachas desconocidas. Naruto creía que era porque "ya no tenía cara de asesino", él solo pensaba que era mala suerte. 

Sin más demoras, salió de la tienda y se dirigió al apartamento que una vez le había pertenecido y que su hermano le había ayudado a recuperar, el mismo donde una chica de cabello corto, hasta los hombros, enfundada en pantalones chandal y camiseta negra cocinaba algo que no lograba identificar a base del olor.

—¿Fideos negros?

La silueta saltó sobre su sitio y girándose, le sonrió con ternura. Dioses, adoraba esa maldita sonrisa.