Capitulo 3

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Yumi observó en silencio el lugar. Todo alrededor estaba oscuro y un desagradable olor flotaba por los alrededores de las paredes de esa guarida; quizás era por aquellos experimentos que había escuchado hablar de la personas de su aldea, fue uno de sus pensamientos imaginando al mismo tiempo el estado en el que estarían esas personas.

Luego de unos segundos observando todo lo que había alrededor, sus ojos se centraron en los de Orochimaru. Esas orbes amarillas que comenzaban a asustarle a más no poder mientras el hombre pálido sonreía. Era aterrador con su sola presencia, todas las cosas que había escuchado de él antes eran poco a lo que podía ver ahora.

A Yumi no les gustaba pelear, siempre buscaba alguna solución a los problemas para evitar cualquier enfrentamiento, pero no siempre lograba hacerlo y eso estaba claro ahora que tenía que pelear de nuevo. Se había metido en un gran problema, nunca pensó que haber salvado a ese chico Uchiha le traería tan mala suerte como para caer en las manos de esa serpiente. No tenía escapatoria.

Por el bien de Sorato y todo su clan, tenía que luchar y vencer a ese hombre sea como sea, y a pesar de aún sentir los estragos de aquel veneno. Aunque el peli blanco había hecho un buen trabajo extrayendo el veneno, sabía que los malestares no se irían por completo hasta luego de dos o tres días más. Estaba en desventaja, pero el sannin no lo sabía y no tenía por qué saberlo.

—¿Acaso no pelearás? —preguntó el sannin aburrido al ver como la joven kunoichi solo lo observaba sin hacer ningún movimiento—. Si no comienzas tú, lo haré yo —agregó rápidamente para comenzar hacer unas señales de mano al mismo tiempo que comenzaba a correr hacia ella, lanzando varias serpientes en su dirección.

Yumi que apretaba con fuerza el Kunai que Kabuto le había ofrecido, lo arrojó a la primera serpiente que se acercaba a ella —atravesando con su cuchilla el cráneo del reptil— para inmediatamente comenzar también con unas señales de mano, acumular aire en su pecho y soltarlo con fuerza hacia las demás serpientes que salieron volando por el aire y en todas las direcciones. Orochimaru acumulando chakra en sus pies continúo corriendo para comenzar con la pelea cuerpo a cuerpo en donde Yumi al parecer tenía algunos problemas debido a su antiguo estado.

El taijutsu no era precisamente su fuerte, pero sabía defenderse y lanzar buenos ataques.

Con su mano alzada, logró estamparle un puño en la mejilla izquierda recibiendo de su parte una sonrisa divertida ya que solo había sentido un pequeño cosquilleo en su piel. Rápidamente, Yumi dio unos saltos hacia atrás con agilidad, alejándose del hombre que comenzaba a formar nuevos sellos. Justo cuando la peli-negra creyó estar lo bastante lejos del Jounin, sintió como algo la tomaba por sus tobillos con fuerza.

—No puede ser —Susurró viendo a varias serpientes salir de la tierra para enroscarse en sus piernas y subir cada vez más. El aire se le escapó de sus pulmones cuando más reptiles comenzaron a envolver por completo su cuerpo. Un grito salió de su garganta.

El sannin sonrió al ver como la joven kunoichi había quedado atrapada, pero su sorpresa apareció al ver como las manos de la peli-negra lograban formar sellos que hizo que su cuerpo soltara una onda de fuego que comenzó a quemar a cada una de los animales que la tenían atrapada, hasta el punto de carbonizarlas.

Sasuke que se había acercado luego de ver cómo Orochimaru y Yumi se ponía en posición de pelea, miró con desagrado lo que ocurría. ¿Por qué demonios Orochimaru luchaba con Yumi? ¿Qué era lo que sucedía?

—Kabuto —llamó al ayudante de su pesadilla.

—Oh, Sasuke-kun, ¿Estabas aquí? —preguntó desinteresado el ninja fijando su vista de regreso en su Lord y en la azabache que volvían a la pelea de cuerpo a cuerpo.

Kimi ga suki | Tú me gustasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora