Capítulo 20

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—Vamos —ordenó, el Uchiha menor, una vez regresó a donde su equipo estaba reunido. 

Karin rápidamente supo que algo no iba bien, el rostro de Sasuke lo decía todo. Estaba enfurecido, todo su cuerpo emitía peligro. Juugo también lo notó. Solo Suigetsu, que descansaba en el suelo, no se percató de aquello. Así que, levantándose con un notable agotamiento, el albino sobó sus hombros antes de hablar:

—¡Bien! ¡Vámonos! Solo falta Yumi y ya...

—No, ella no vendrá con nosotros —anunció el azabache, deteniendo su paso para girar su rostro hacia el de su compañero, que con una sola mirada hizo que Suigetsu palideciera—. Ella es una traidora.

"¿Qué?", se preguntó Karin con sorpresa, nerviosa por el silencio que habían causado las palabras de Sasuke "Pero estaba con él, ¿no? ¿De qué es lo que hablaron?"

—A partir de ahora Hikari Yumi no formará más parte de nosotros —continuó Sasuke, viendo hacia el frente del camino. 

No le gustaba como se estaba sintiendo en ese momento, ni tampoco las palabras que había dicho, pero tenía que dejar de importarle. Yumi lo había engañado, ella intentaba... intentaba ayudar a su miserable hermano. Frunciendo su ceño, Sasuke apretó sus manos. Intentaba ayudar al hombre que asesino su propia familia, el causante de todo su mal... ella...

—Vámonos —bramó, sobresaltando a la pelirroja y preocupando a Juugo.

—¡¿Qué?! —chilló Suigetsu, mientras los demás observaban el conocido símbolo Uchiha en su espalda.

"¿Qué demonios pasó allí?" se preguntó Karin, mordiéndose el dedo, para después seguirlo justo como Juugo lo hacía en ese momento.

Yumi, observando detrás de unas hojas, vio como el ninja de Kiri giraba su cabeza para intentar buscarla por ese lado del bosque, pero no pudo ver nada. La azabache se encontraba perfectamente oculta entre las sombras y las hojas...

Una vez los hubo perdido de vista, y tras escuchar un par de maldiciones de Suigetsu sobre el fin de la relación entre su padre y madre, Yumi suspiró y llevó su cabeza hacia arriba para poder observar el cielo que comenzaba a oscurecerse.

—Si Sasuke no desiste de esto, entonces, no tengo otra opción.

En un lugar alejado de allí, una joven Hikari evitaba los helechos a toda prisa. Se acababa de dar cuenta que había tardado un poco más de lo debido en el rústico baño. 

—No debí tomar tanta agua —se quejaba en tanto llegaba a su antigua posición que estaba cerca a la guarida de Akatsuki. 

Moviendo su cuello de un lado a otro y llevando su mano para sobarlo, se detuvo en seco cuando una persona con capa saltó y cayó al suelo de cuclillas, frente a ella. Aun en esa posición, Meiri estudió y reconoció al hombre que había visto junto al chico atractivo. Era enorme y se veía intimidante con esa enorme espada detrás de él. No venía para iniciar una pelea con ella. Eso era obvio por su postura, pero entonces a qué se debía su... De pronto cayó en la cuenta y quiso jalarse los cabellos de la frustración. Ese tonto y apuesto Uchiha...

—Estás bloqueando mi camino.

Ensanchando su sonrisa, Kisame se enderezó para cruzar sus brazos sobre su pecho mientras Meiri esperaba a que hablara.

—Itachi me dijo que eras curiosa —fue la respuesta del ninja de Kiri, notando cómo el semblante de la chica cambiaba solo por una milésima de segundo al escuchar el nombre de su compañero—. Sí. Él se marchó ya.

Con una ráfaga de viento agitando sus cabellos cortos, Meiri no dijo nada a eso. Se tomó su tiempo para quitar un par de mechones que bloquearon su vista del hombre y sonrió sutilmente. Kisame la observaba divertido, esperando cualquier cosa de su parte, menos que cierre los ojos y comience con una rueda de maldiciones en voz baja que iban dirigidas tanto al Uchiha como a ella misma por haberse ido en un momento crucial. Ya sabía que Itachi intentaría huir, pero no cuando ella...

Kimi ga suki | Tú me gustasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora