Si alguien le hubiera dicho que llegaría el momento en el que Sasuke, el vengador Uchiha, estaría dormido a solo unos centímetros, con sus dedos masculinos rozando su mano y su cabeza muy cerca de su hombro, no lo habría creído. Se habría reído de esa persona y su loca imaginación, además que habría sospechado de Orochimaru estando detrás de eso.—Sasuke... —susurró para despertarlo cuando oyó unos pasos acercándose.
¿Y si Madara entraba y se topaba con esa escena? ¿Debería dejar que el enmascarado la viera? Desconfiaba de él, pero dudaba que pudiera esconderse estando bajo sus narices.
—Sasuke, debes despertar. Tu operación comenzará pronto —Se giró, haciendo que él se revolviera y optara por pasar su brazo por su vientre.
Tragó saliva. ¿Se estaría haciendo el dormido o realmente abrazaba lo que sea que estuviera cerca?
—Debo apartarme... —dijo para sí misma empezando a sentir calor al no poder librarse de la cárcel que eran los brazos y el cuerpo de Uchiha Sasuke.
Nunca había estado tan cerca de él y aunque una parte diminuta de ella se sentía agradecida de verlo a salvo; la otra era consciente que habían cosas más importantes por las que debía preocuparse.
Se concentró por unos segundos en lo que veían el otro par de orbes pertenecientes a su clon y dejó escapar un suspiro. No había hallado nada en las dos aldeas más cercanas al punto donde se había desarrollado la batalla.
"¿Dónde estás Karin?", pensó imaginando a su compañera asustada en una celda oscura con poca comida...
El pensamiento la hizo morder su labio inferior y tensarse. Quizá habría sido mejor idea si el clon que invocó antes de partir en busca de Sasuke, estuviera en su lugar y la verdadera Yumi hubiera seguido a Karin. Negó para sí. La decidión ya había sido tomada y de nada le serviría arrepentirse. Lo único que le quedaba era confiar en su otro yo... y esperar el momento adecuado para pedirle ayuda a Sasuke en su plan por encontrar a sus compañeros.
"No te preocupes, Karin. Yo iré por ti", aseguró en su fuero interno.
No se rendiría hasta encontrar a su amiga. El chakra no sería un impedimento. Si su clon se desvanecía, invocaría otro y otro y otro y otro...
Luego estaban Suigetsu y Jūgo, de quienes no tenía noticias, pero rogaba que al ser dos ninjas fuertes y haberlos visto juntos la última vez, estén a salvo.
"Un día a la vez", solía repetirle su madre mientras limpiaba sus heridas causadas en duros entrenamientos o misiones demasiado riesgosas para una niña de su edad. "Un día a la vez, Yumi. Si te preocupas por el pasado, por el futuro y también por el presente, terminarás sin poder hacer nada, ni ser feliz. Los errores pasan. Las soluciones son las que deben importarte más".
—Un día a la vez —repitió para sí. Esa frase la había ayudado a sobrevivir durante todo ese tiempo, a no atentar contra su vida.
Lo que había hecho era imperdonable, pero no dejaba que ese rencor se apoderara de ella las 24 horas del día. Luchaba contra las ganas de llorar o las torturas de su mente al invocar esos recuerdos. Incluso habían ocasiones en las que mirarse al espejo era complicado, el apetito se le quitaba o el sueño dejaba su lado como en esa ocasión, pero se esforzaba por no decaer. Además, no estaba sola. Tenía a Sasuke, a Meiri, a Karin, a Suigetsu y al siempre paciente Jūgo. Ellos eran su familia ahora y por esa familia era capaz de continuar.
No era lo mismo, estaba enterada de ello; pero era lo mejor que tenía para no dejarse llevar por la bruma del odio hacia su persona. Eso y el hecho que Sorato esté a salvo junto a su madre y los niños de su clan.
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Kimi ga suki | Tú me gustas
أدب الهواةSon escasas las cosas que le gustan a Sasuke, y al contrario son muchas las que le desagradan. Tiene un sueño, o más que eso, una ambición: Asesinar a un hombre. Es por esa única razón que no está dispuesto a morir y mucho menos de una forma nada di...