—Viviré... —susurró la voz que todos creían muerto, seguido de un nombre que fue ahogado por el sonido de una explosión, o algo parecido.
No supo que tenía los ojos abiertos hasta que el cielo del mediodía fue reemplazado de su visión periférica por un semblante magullado y bronceado. La cabeza le daba vueltas, no tenía pistas de qué estaba ocurriendo, cómo estaba vivo, o dónde se encontraba; pero solo necesitó sentarse y esperar a que ese desconocido le tome el pulso para situarse en la situación. Uchiha Sasuke había luchado con Uzumaki Naruto y por alguna razón, eso había terminado liberándolos a todos. No necesitó saber más.
—Oye, tienes la presión baja. No es... ¡No es recomendable que te marches!
Ignoró al buen samaritano que lo había ayudado y se apresuró a la zona central de la batalla, donde había recibido aquel impacto que en su momento creyó que sería mortal. La razón era simple como intensa. Tenía que asegurarse que las personas por las que había estado dispuesto a sacrificarse estuvieran a salvo.
Mientras Neji iba arrastrando los pies, sintiéndose flaquear en ocasiones, sujetando sus costillas como si temiera que se separasen de su cuerpo, y esquivando ninjas que no habían tenido la misma suerte que él, no pudo evitar escuchar las conversaciones que se desarrollaban a su alrededor y ver escenas que seguramente no habrían ocurrido de estar bajo otras circunstancias. Estaba seguro que mucha gente no se conocían; sin embargo eso no era impedimento para abrazarse y saltar de alegría por estar vivos; en tanto otros dejaban de lado la puridad y daban grandes demostraciones de afecto en público. Una mujer de cabello blanco con un gigantesco lobo cubriéndole la espalda, se dejaba sostener por un peliplata demasiado conocido para su gusto; un par de ninjas de la Aldea de la Arena no dejaban de besarse con una intensidad incómoda; y demás casos.
Recorrió la zona, esquivando a shinobis que querían incluirlo en sus pequeñas celebraciones, rechazando con sonrisas fingidas invitaciones a futuras fiestas, asintiendo a quienes aseguraban que Naruto era el héroe de la guerra, y topándose con un grupo de nómadas de extraños ojos que lo miraron como si estuviera ebrio. Caminó por alrededor de veinte minutos sin ubicar rostros conocidos que le alivien el miedo que empezaba a alojarse en su corazón, cuando oyó que alguien lo llamaba.
La primera vez que esa persona había aparecido frente a él, lo había tachado de extraño, incluso le había tenido pena. Recordaba haber pensado que tenía un destino peor que el suyo. ¡Cuán equivocado había estado! Con el tiempo lo había descubierto. Lee le había enseñado con sus palabras y sus acciones lo que significaba la amistad, la importancia del trabajo duro, el no darse por vencido, ser genuino y no hacer caso a malos comentarios si venían de terceros sin importancia. No se lo había dicho y conociéndose, no lo haría, pero ese raro de corte horrible y ropas aun más horribles era su mejor amigo y claro que estaba feliz de verlo.
—¡Neji! —gritó en su oído para en seguida sucumbir en un lloriqueo vergonzoso—. ¡Estás vivo! ¡Realmente estás vivo! ¡Sabía que no podías morir! ¡El genio Hyūga no podía morir así! ¡Tienes una vida por delante! —Sorbió sus mocos—. ¡Tu llama de la juventud debe probar el amor, la pasión, el deseo, la excitación y...!
—Ya entendí —lo cortó con una mueca de dolor. No era tan agradable tenerlo casi encima.
—¡Claro que sí! Eres tan listo —Lo miró cual madre a su retoño y secándose las lágrimas regordetas, pasó uno de sus brazos por debajo de sus axilas—. Tenten y yo estábamos buscando tu cuerpo —Se estremeció—. A Gai-sensei y a los demás les alegrará saber que encontré algo mejor. Aunque Gai-sensei está inconsciente, pero estoy seguro que de estar despierto, se pondría muy contento. Por cierto, ¿sabías que se midió con Uchiha Madara? —No hubo necesidad de negar—. ¡Qué tonto! ¡Por supuesto que no lo sabías porque estabas moribundo! Bueno, te resumiré lo que pasó. Nuestro sensei demostró el verdadero poder del trabajo duro, encendió su llama de la juventud y abrió las Ocho puertas internas —Ante su asombro, asintió repetidas veces—. ¡Calma! No pasó nada gracias a Naruto-kun. Parece que adquirió un poder mega genial y curó mágicamente a Gai-sensei. Luego, Madara se convirtió en una especie de mujer conejo, todos caímos en un sueño. Yo soñé que te derrotaba... Bueno, eso no importa, la cosa es que...
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Kimi ga suki | Tú me gustas
أدب الهواةSon escasas las cosas que le gustan a Sasuke, y al contrario son muchas las que le desagradan. Tiene un sueño, o más que eso, una ambición: Asesinar a un hombre. Es por esa única razón que no está dispuesto a morir y mucho menos de una forma nada di...