#2 Indirectas, muy directas

924 73 13
                                    

Hoy era un día nuevo y me sentía mejor ya podía pensar con más claridad y pude dormir como un bebé anoche, aunque recordar el beso que le robé a Erick me sacaba una que otra sonrisa, definitivamente tenía que hacer algo para que se fijará en mi sin que se diera cuenta de lo que trataba de hacer. No estaba dispuesto a perder su amistad, pero tampoco quería dejarlo así nada más. Ayer cuando regrese a casa le llame a Mirian y le conté todo recibiendo algunos regaños me dijo que estaba bien que hiciera como lo pensara mejor y ya sabía cómo empezar. Con el poco tiempo que llevo siendo su amigo ya sé las cosas que le gusta entre otras y estoy seguro que eso me servirá mucho. Como dice mi querida madre para conquistar el corazón de un hombre hay que conquistar su estómago y eso haría, le preparé un almuerzo genial que estoy seguro hará que me note.

Ya me lo imagino pidiendome mas amor, comida y entre otras cosas.

Bueno no era tiempo para estar pensando en cosas pervertidas, tomé mis cosas y bajé a desayunar está vez no estaba de tanto afán entonces me senté con mi madre la cual preparó unos huevos revueltos con pan y chocolate caliente.

—Buenos días ma —saludé con una cálida sonrisa.

—¿Hoy no tienes afán? —Preguntó sentándose a mí lado.

—No. tengo motivaciones mamá.

—Eso no es típico de ti ¿quién es la afortunada? —preguntó. Y casi me atraganto con el pan.

—¿A qué viene esa pregunta?

—Suponiendo lo alegre y energético que estás, más que casi te ahogas con el pan... puedo deducir que te gusta alguien —sonrío de lado. No sé qué es lo que tienen las madres si es que pueden leer tu mente o que vaya yo a saber. Pero ella siempre se daba cuenta de algo—. Y cuentame ¿quién es?

—Mamá... tu nunca me haz juzgado verdad —asintió— p-pues veras, sí me gusta alguien... —tomé aire y trague saliva— pero no es específicamente una chica -solté algo penado. Yo siempre era sincero con ella porque ella me comprendía y ayudaba y lo mejor es que siempre sabía aconsejarme.

Soltó el pan que se iba a meter a la boca y me miro con la ceja alzada.

-¿Qué quieres decir con eso?

-P-Pues conocí a un chico que me pidió ayuda en algo y bueno... -la miré y en su rostro se notaba que ya tenía una idea de lo que le iba a decir- pues, me di cuenta de que me gusta.

Se escucho el sonido del tenedor chocando con la mesa y mi mamá me veía desconcertada... no puede ser ¿hice mal en decírselo?

-Sabía que tu desinterés por las chicas llegaría a algo como esto -dijo sería y se me acerco con las manos en alto estaba seguro que me golpearía así que cerré los ojos en acto reflegico. Pero no sentí ninguna clase de dolor o bofetada, fue grande la sorpresa que me lleve cuando vi que me estaba abrazando y a mí oído llegaban sus sollozos.

-Mamá... -susurré a la vez que correspondía el abrazo.

-Creí que jamás encontrarías el amor y eso ya me estaba preocupando Daemon -sorbió su nariz y me apretó más a ella- no me interesa con quien salgas, siempre y cuando puedas amarlo es lo único que quiero, que puedas sentir el amor.

-M-Mamá... muchas gracias por entender.

-Siempre estaré a tu lado Daemon y espero me presentes a ese jovencito.

-Si señora -le sonreí y ella hizo lo mismo.

Terminamos de desayunar mientras le contaba como era Erick y todas las cosas que habían pasado desde que nos hicimos amigos, y no dejo de pensar que mi madre está muy conectada con Mirian ya que pensaron lo mismo de la suerte de Erick con las mujeres, además que antes mamá mencionó lo mismo de mi desinteres en ellas. Reímos y sus consejos fueron los mejores, lastimosamente no pude preparar el almuerzo porque no sé cocinar y lo había olvidado pero le pedí a mamá que hiciera la comida favorita de Erick, estos eran los macarrones. Jamás olvidaré su rostro cuando mencionaba los deliciosos manjares que preparaba su madre, y estoy seguro que le encantará los de la mía la que próximamente será su suegra.

Eres todo un Reto(Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora