#22 El mal, no se rinde

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Erick Pov.

«Caminar» Caminar... en estos momentos se me hacía imposible realizar dicha acción puesto que mis caderas dolían a más no poder, lo que causaba que mis piernas se pusieran temblorosas y eso les impidiera el movimiento. Definitivamente Daemon se había excedido ayer aunque en cierto modo me había gustado su salvajismo.

Maldición mis mejillas ya deben estar rojas por ponerme a pensar en cosas como esas.

-¿Estás seguro de que te sientes bien? -Preguntó nuevamente Alexis.

Íbamos de camino al instituto. Ayer en la noche le pedí que me acompañara con claras intenciones de que me ayudara a caminar, no pensé que mi segunda vez me dejara peor que la primera.

-La verdad esque no mucho. Pero no es nada de lo que te debas preocupar -Respondí mostrando una gran sonrisa.

Cerró los ojos para suspirar fuertemente a la vez que una sonrisa ladeada se colaba en sus labios, continúo el camino sin preguntar nada más; yo supongo que él ya debe tener una idea del porque de mi dolor o ya se lo imagina, y es mejor que sea así la verdad es que me da pena hablar sobre eso.

Cuando estuvimos en la entrada le pedí que me soltara ya que el dolor comenzó a ceder hasta que finalmente desapareció. Lo siguiente que hicimos fue entrar con la intención de ir a clases, mas no contaba con que una multitud de estudiantes se encontrara en primera fila para acercarse a mí -vaya yo a saber para que-, pero sus intenciones no parecían ser las mejores. Traté de pasar por algún lado pidiéndole ayuda a Alexis, pero este se encontraba igual de atrapado que yo. Al final no pude escapar y me tocó enfrentar a una chica que estaba más cerca de mi, la cual era rubia de ojos verdes y mucho más baja que yo por lo que me hizo pensar que seguro es de un año menor que yo.

-¡Oye tú! -Llamé su atención y ella muy sonriente la captó- ¿qué es todo esto?

Hizo una sonrisa maliciosa mientras se acercaba más a mí.

-¿Tú eres amigo de Daemon no? Erick Williams.

Fruncí el ceño, no entendiendo nada.

-¿A qué viene esa pregunta?

-Ayer los rumores de que Adrien se le había declarado se esparcieron por todo el Instituto. Aunque haya dicho que tiene una chica que le gusta el alumnado no le cree por lo tanto acudimos a ti para que nos digas si es cierto que tiene novia, o es sólo una fachada para ocultar lo que pasó.

La sorpresa en mis ojos no espero para hacerse notar ya que todo lo que me acababa de decir aquella chica me había dejado atónito, ¿esta gente quiere saber con quién sale Daemon? ¿por qué, y para qué? Mis piernas comenzaron a temblar al igual que mis manos; sentía miedo de que salieran cosas que no debía decir de mi boca, cosas que perjudicaran el entorno de Daemon o su reputación y relación con las personas. No podía mentir... todo este ambiente me estaba abrumando y no sabía cómo detenerlo.

-¡Oigan ustedes! -Una fina voz me saco de mis pensamientos, haciendo que mi vista girara a un costado al lugar de donde provenía-, ya dejen de ser tan chismosos; debería darles vergüenza el acosar a él amigo de Daemon para que les cuente sobre su vida privada. ¿acaso ustedes no tienen la suya? Pues yo creo que sí, y es mejor que se la vayan a atender y dejen la de los demás tranquila.

No podía descifrar toda la oleada de emociones que se aventó sobre mí al ver al dueño de aquellas palabras; se trataba del mismo que había provocado todo el alboroto pero no entendía porque había decidido ayudarme.

De pronto todas las personas que bloqueaban el paso se esparcieron y alejaron, supongo yo por las duras palabras del rubio, y es que, aunque no me agradase tenía mucha razón en todo lo que les había dicho a esos entrometidos. Tragué saliva intentando pasar mis nervios con ella y acto seguido me acerqué a Adrien que se mantenía serio en el lugar en donde estaba.

Eres todo un Reto(Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora