Perdido, demasiado perdido... así me encontraba. Daemon ya no se iba a detener y yo no hacía nada por detenerlo, sus besos se subían de tono ahora con una guerra de lenguas de por medio, comenzó a acariciar mi torso con suma delicadeza. Tocó uno de mis pezones y comenzo a juguetear con él, unos pequeños gemidos se ahogaban en nuestras bocas haciendo que la excitación subiera.
Al detener el beso que me dejó embobado, pasó sus labios a mi cuello dando pequeños besos en él y luego pasando su lengua por este dejándolo humeda. Agarré con fuerza su camisa como indicándole que se detuviera era mi única salida ya que las palabras no me salían y mi boca sólo se habría para gemir.
-Erick... me tienes muy mal -gruñó, dando un pequeño mordisco en la zona que besaba.
-Ah... D-Daemon.
La fuerza de mi mano desapareció y él aprovechó eso para tomarla y ponerla arriba de mi cabeza. Terminamos cayendo al frío piso del baño, la baldosa congelaba mi espalda, pero eso acabo cuando Daemon comenzó a besar mi cuerpo llenándolo de calor.
Terminó de quitarme la camisa y luego se sacó la de él, dejo a la poca vista que tenía su trabajado torso. Una vez ya lo habia tocado pero esta vez no lo haré, no quiero que crea que me gusta lo que está pasando... o eso es lo que quiero creer.
Después de llenar de besos mi torso, agarró mi miembro que ya estaba erecto y siguió con lo que yo había empezado, su movimiento era lento y me estaba torturando.
-D-Daemon... Ahh...
-Dime que es lo que quieres -susurró.
-Yo... Ah...
-Dilo...
No, no iba a decirle eso era demasiado para mi. Cogí su mano para tratar de detenerla pero lo único que logre fue avisarle que quería que fuera más rapido. Con una sonrisa ladina se dispuso a mover más rápido, aumentando mis gemidos y el placer.
¿Por qué? ¿por qué se sentía tan bien?
-Ah p-para... -traté de decir pero él solo hizo más rápido su movimiento. No lo soporte más y terminé corriendome en su mano.
-Erick -gruñó.
Luego terminó de quitarme los pantalones y él se desabrochó los suyos dejando a la vista su erecto miembro.
Maldita sea... debo hacer algo...
Iba a decir algo, pero luego Daemon junto su pene con el mio y comenzo a masturbar ambos.
Su respiración estaba en mi oreja y me hacía estremecer gemir, era muy vergonzosa en la situación en la que estábamos.
Me abrazó con fuerza y tomó mis labios de nuevo, simulando emebestidas, frotando nuestras ereciones.-Ya no aguanto más... Erick... -jadeó- quiero hacerte mío.
Y con eso metió tres dedos a mi boca casi ahogándome con ellos, mientras seguía masturbando, cuando creía que me iba a venir se detuvo dejándome muy mal... se posicionó ya abriendo un poco mis piernas sin ningún pudor metio uno de los dedos a mi entrada...
-¡Ah! Ese no es lugar... p-para eso -dije a duras penas.
Pero él no me escuchaba sólo se puso a masajear aquella zona con algo de dificulta. Maldita sea se sentía sumamente incómodo y dolía un poco.
-Estás muy estrecho... pero me alegra ser el primero -susurró a mi oído y luego dio más besos a mi cuello.
-D-Detente por favor ¡Ah! -grité al sentir el otro dedo invadirme.
La situación se hacía cada vez más rara pero yo no hacía el esfuerzo por detenerlo por decirle que pare. Aún así no quería escucharme estaba en su mundo, y no quería detenerse.
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Eres todo un Reto(Yaoi)
RomanceDaemon Steel un joven de 17 años de edad, tranquilo, serio y poco sociable. Él solo se concentra en estudiar, ser el mejor en clase, no le interesan las relaciones ni pretende tener alguna. Es muy popular con las chicas y a pesar de eso no se da el...